miércoles, 28 de mayo de 2008

some kind of nothing.



All I can say is that my life is pretty plain

I like watchin' the puddles gather rain

And all I can do is just pour some tea for two

and speak my point of view

But it's not sane, It's not sane

I just want some one to say to me

I'll always be there when you wake

Ya know I'd like to keep my cheeks dry today

So stay with me and I'll have it made

And I don't understand why I sleep all day

And I start to complain that there's no rain

And all I can do is read a book to stay awake

And it rips my life away, but it's a great escape

escape......escape......escape......

All I can say is that my life is pretty plain

ya don't like my point of view

ya think I'm insane

Its not sane......it's not sane

Pd: Oh yes im not sane. Even the same shame.

lunes, 26 de mayo de 2008

Cuando el sueño es lo más importante.

Si no es considerado improperio, permítanme decirles lo que siento:

La desolación está en mi. Y no sé porque, solo sé que he sentido el puño del deseo en mi garganta. Con unas ganas terribles, ansiosas de salir y no deber, poder hacerlo.

¿Qué pasó con eso que se sentía?¿Que yo sentía?

Una careta de “no siento nada” se mostró cual disfraz en mi. El tiempo se acortó, cual mentira desechada en minúsculos pasos rápidos. Nadie sabe el motivo. Pero las partes se unieron, a lo mejor, para saber que ya nada es posible entre estos dos. O al menos eso se quiere creer. Y no hacen nada para pensar lo contrario. Solo hasta que me alejo con un despido la esencia del pasado emite su onda a través de mi memoria. Una memoria que ya no me acordaba. De saber que dejé que la mujer más bella se haya ido, la encuentro, se vuelve a ir y ahora esta ahí pero ya no para mi. Jugar con la amistad, que nunca deseé y que ahora veo puede ser un callejón sin salida. Un árbol que solo dé frutos bizarros.

Dejar irse toda sensación de afectividad ruda, maciza, pura y maldita. Contener eso que no sé si era un llanto dentro del taxi. ¿Cómo se puede llamar amor a esto? Estoy seguro que no lo es. Esto ya no es amor. Es todavía más. Sonará a cliché tevenovelesco pero la verdad va más que una simple palabreja: Amor. LA palabra tan usada y maltrecha, una palabra tan puta como dios, tan invisible e inútil.

Desolado me sentí al saberlo. Porque no sé que es. Y ni me aterra ni me preocupa, solo me desdibuja la duda. ¿Qué es lo que siento? La rodilla, el pequeño roce era gozo. Una increíble sensación de placer sin nombre ni tiempo. Solo quería que se quedara ahí. Pero la quité y la quitó. Encuentro de solo 2 segundos. Charlar de lo que haces y lo que yo hago. Y ya. ¿Dónde putas está todo? Acepto que se logró lo que se quería. No sentir nada. Para que sufrir más desengaños si nada es lo que cambia. Nada. Solo ese puño en mi garganta. No desear el placer de llorar frente a un desconocido. ¿Para qué?

Ojos, vestido amplio, risa, camisa blanca, mochila y cero confianzas. Solo un 35% de verdad. Y un abrazo como iceberg. Viendo la banqueta razoné lo que debía de hacer. Y que nunca hice. Así como llegó se fue el pensamiento. Cabrona costumbre de estar ya solo. De ser ya no más una parte de alguien. De algo. Ver lo que más has amado y ver que ya no es. Lo mismo pasa en todos lados.

Asolado por saber que ya se trasformó en una línea más en cualquier arruga de viejo. Reconocer que el miedo ha ganado. Saber que “el amor” es ya usado. Ya no hay nada aquí para ti. Ni para mí. Solo para todos los demás que no conoceremos. Nuestro apestamor.

Saberme aburrido, corrupto e ignorante. Sentirme incluso como intruso. Y aún así pensar que hay algo más allá del amor pasado por tequila, cerveza, ron, coca, mota y anexas. Algo que nadie sabe qué es. No es cojer, no es chupar, no es loquear. ¡Quien putas lo sabe? Nadie, cabron nadie. Solo sé que soy suyo. Todo. Si quiere hasta para destruirme. Tocar fondo. Del todo a la nada y viceversa. Así es la vida, ¿no?

Vivir de la memoria apesta. Hay que hacer que un nuevo instante sea el mejor. Y de ese instante tomar las manos de alguien y decirle: Quiero ser tu cabron para siempre. Y morirme.

jueves, 22 de mayo de 2008

DulceMacizo.

Cuando ves que de nada sirve el estar haciéndote trizas el día y a veces la noche, es que te has dado cuenta de que todo vale la pena.


miércoles, 21 de mayo de 2008

El tren invisible que no se termina de ir.

Una simplicidad ilógica.

Y de muy mal gusto. Sin ninguna gracia, ¿acaso ese es el fin? , ¿Para llegar a tan asquerosamente deformada verdad? Qué injusto. Qué injusticia que el lamento del más lejano sea el que más se advierte. Pero en cerebro ajeno no hay que fijarse. Sabemos que ahí las decisiones tienen que ser tomadas bajo la sangre, debajo del ínfimo valor que da el alcohol, detrás de las manos de otros y otras, influidas por el valor de los papeles, clavadas en la doble vida ciega de encuentro.

Enojo al sentir, to feel, to sospechar que the victim es la que se queja, el que se enfada al quedarse ciego, al que cut sus hands y espolvorea su cara con las cortadas. Toma de pelo estúpida y legalmente hecha, la aberración lo ameritaba. Y la aburrición gobernada por el “no me importa”. I dont care more about it. Se ahoga manoteando en sobre las piedras de un río que lo arrastra hasta una catarata de sabor. A ti se acerca un animal cubierto de maldad. De una maldad que es lo que todos quieren. Olvidar que alguna vez el animal fue uno mismo.

Sé lo sosiego que anda por las calles. Todavía va muerto. Sin ojos, sin boca y con la cabeza con un hoyo de donde brotan miles de bolas de luz. Miles de esferitas con ganas de (demasiadas) de volver a su lugar. Arrastrando los pies, tal cual un zombie de película de bajo costo, evade los días que no deben de ser. Noches sin haberlas visto, sin sentirlas. Un zombie con ganas de hacerse un caballero de la Luna.

Los ojos han quedado atrapados en un cajón. Entre sobras de sobres y demás trizas del alma. Más nunca saldrán del cajón. Destruido por nuevos muebles se los han llevado al basurero. Es seguro que alguien más los tome. Y se los ponga. Y de nuevo vea que los zombies están por todos lados. El zombie observa al que de nuevo ve y se mete la mano al pecho sacándose el heart palpitante.

Un corazón que se comen las alimañas del basurero. Y el que veía se hace de nuevo zombie. El cuento de nunca acabar. Un pinche círculo que se rompe cada vez que sale el sol.

martes, 20 de mayo de 2008

Sin ganas.

La mitad de una Luz.

Se evapora como vino tirado. Se seca y queda la mancha en un mantel tejido. Sé que el vaso estaba lleno de luminosidad. Más la mitad ha sido bebida, tragos envueltos en reflejos que juegan con los sorbos.

En su lado la luz se convierte en halos opacos. No existe la claridad del día uno. Ni debe de.

Sorbos diarios de membranas cerebrales actúan como lienzos de piel que nunca será borrada.

Incrementó la dosis de indiferencia, de vagancia, de un pasado no existente.

Y ante tales visitas lo mejor es recrear el placer. El hambre de no ser el único que se queda en medio de la Luz. Ansia de recobrar la inutilidad del paso descalzo. Aspiración malsana eterna desear la atmósfera del beso.

Pero el hueco brillante, de varios días, es un mural de colores nuevos. Y nadie quiere a lo arcaico. A lo que se repite, nadie quiere a la vida. El miedo a lo nuevamente hecho. Un desasosiego mutuo pero diferente. Radical y separado.

Ante el arrebato de la mitad lumínica solo me queda apreciar sus estertores. Su calidez tan fría. Ese impulso por hablar con las mismas letras, y que sean reconocidas más no mal traducidas en aspectos de peligro latente. El riesgo de caer en un manantial de vino amargo, no dulce ni claro, un charco de caricias llenas de nueva agua.

Nadie está en el nivel superior. Solo es un paso a la vez y cada quien lo da según sus ganas de correr.

martes, 13 de mayo de 2008

reCiclón







Aquí en el limbo también nos preocupamos por la onda del reciclaje, y que mejor que hacerlo gráficamente con estas bellas postales de gente clavada en la mala acción de robar, matar y agandallar al personal. También se puede hacer uso de ellas como pegatinas o calcos para bromas entre amigos. Así que ya saben: A reciclar!
Todo es reciclable. Hasta el amour, dicen.

sábado, 10 de mayo de 2008

Sigo siendo lo que era solo que reloaded.

35 AÑOS DIRECTO A LA TUMBA.

Y no es por pesimismo, sino porque es real. De la cuenta que tengo en la vida ya se me han descontado 35 años. Ahora hay que ver cuanto me queda por cobrar. Me acuerdo el año pasado, Roberto, un carnal valedor amigo me decía: No mames ya cumplí los 35, siento culito, ya nadamás me faltan 5 para los 40. ¡Y que? Hay que celebrar que sigues vivo. Y pues si. Celebramos toda una semana. Como resultado de sus 35 años a cada uno nos dio una de esas crudas malditas en donde se te duermen las manos y sientes que si pasa una mosca por tu cabeza te vas a volver loco. Recuerdo que para curarnos la cruda solo había una extraña yerba, mota y ron. Urgh.

Ahora que pasé por la fecha en donde se cumplen 35 años de mi pinche hora de nacer me di cuenta de que no se siente nada, o al menos yo no sentí nada, y más porque me la pasé de borracho casi todo el día. Gracias a que en el trabajo no se dan cuenta o se hacen de la vista gorda me fui a emborrachar desde temprano. Termine hasta las tres y media de la mañana con una llamada a cierta querida persona de este planeta, pero mi invitación se deformó en una especie de chantaje, según. Me di cuenta de que era demasiado tarde al ver que los bares a los que recurro en estas ocasiones estaban cerrados. Maldita sea. Nadie con quien compartir esa tremenda alegría. Sarcasmo de por medio, claro. Y no es que no estuviera feliz. Más bien ni sabía como estaba. Solo recuerdo que aventé la tarjeta telefónica al quedarse vacía. También le hablé a mi hermana pero me mando a volar. Hable con los padre de familia míos e hicieron lo mismo. Buuu. No fun for me that day. Pero si la tuve. Me organice una fiestota cabrona, claro que solo ocurría en mi cabeza. Cientos de invitados bailaban al compás de esta canción y de mis melodías favoritas. Ahhh. Como deseé estar con verdaderos amigos. Escuchando un mucho de metal y bebiendo bebidas malditas. Pero nel. Tal y como me dijo el camaleón en el desierto: “Para ti no habrá luces ni cohetes”.

Así que caminé y me acosté en la parada del camión a esperar un taxi. Después de casi 20 vehículos amarillos uno se detuvo. Y me llevó a casa. Llegué y creo que bebí agua o una cerveza escondida y me dormí. Al despertar estaba solo. Así que compre más cerveza. Y así hasta las 11 y media de seda de la noche.

Creo que nadie me abrazó (como es costumbre al cumplir años) pero la verdad no lo extrañe. Es más, creo que eso de abrazar en los cumpleaños es igual que abrazar en los funerales. El abrazo es para saludar. Y para otras cosas. Además la gente que me abrazó ni en cuenta. Lo hacen por acto reflejo. Así que de todos modos gracias. Al menos le roce las tetas a Martha. Yea.

Retomando un puntito de arriba eso de celebrar que seguía vivo Roberto o celebrar que estoy vivo hoy, y más ese día. Según yo, a mis 20 años tenia la propuesta clara de morir antes de los 30, máximo a los 33. Qué bueno que no, porque si hubiera pasado eso no hubiese conocido a ciertas personas tan valiosas, hermosas, queridas, etc, etc que ahora conozco. Esto lo digo debido a cierto “estilo” de vida que llevo. Tras estar cercano a la muerte en varias ocasiones es bueno saber que el espíritu esta curtido. Y como no. Tras casi, dejen hago la cuenta, pongámosle 15 años de cerdez, es bueno saber que todavía te puedes reír de cosas. Es bueno ver a gente que aprecias y con las cuales sabes que puedes disfrutar de un buen momento. Eso es chido.

¿Qué otras cosas siento ahora que ya llegué a la mitad de mi vida? Pues casi nada diferente, la verdad. Solo sé que creo que soy un poco más receptivo a cosas que nunca creí serlo. Sigo queriendo lo que desde hace rato quiero, pero bueno; dicen que ya ni soñar es bueno. Pero nadie me quita las ganas de ser. Eso de ser adulto sin serlo más que solo por la puta edad, es algo de lo que rehúyo. En el trabajo me dicen: Ya cambia tu manera de vestir, córtate el pelo, metete con todas las mujeres que puedas, ya no escuches rock, ya no patines, ya cambia, ya haz dinero... ¿Qué les respondo? Solo les sonrío. Los que me conocen saben porqué. Solo con una sonrisa puedes responder ala estupidez, a veces. Y ahora me pregunto, pero más que preguntarme me planteo: ¿Y a ellos que putas les importa? Al menos no soy divorciado, ni tengo hijos, no soy casado, ni tengo nadie por quien ver, bueno mis padres pero ellos son otro pedo, ni tengo que rendirle cuentas a nadie. También no mantengo una careta de mosco muerto; todos saben que soy un vicioso. Todos.

Aunque últimamente me he dado cuenta de algo super cagado: Varias gentes, más bien damas, creen que soy super serio. Una me ha dicho lo siguiente: ¿Por qué nunca te ríes? Y otras me dijo: Tú eres super serio, ¿Por qué? Que me han dejado de una pieza. Nunca pensé en tener esa apariencia laboral. Otra me dice ¿Por qué estas tan flaco? Otros se sorprenden ante mi manera de pensar y dicen: Nunca me imagine que pensaras así. La más rara frase fue de una chica, la recepcionista, un día que estaba yo medio pedito: Ayy hueles rico, (¡esa frase está registrada y tiene dueña chingaos!) Putsssss no me hubiera dicho eso. Hice la parodia de un perro oliendo a una presa muerta. La olisqueé para saber si ella también “olía rico”. Pero no. Y con esto llégo a una puta conclusión: Nunca somos como creemos que los demás nos ven. Yo serio, ja.

Otra de las cosas es que esto de la Bebedera no se quita. Al menos sé que mi estilo es algo más prudente que hace unos meses atrás. Pero eso da igual. De todos modos forma parte de mi forma de ser. Es como si me quitaran un...no sé. Todo mundo sabe que beber en exceso es malo pa´la salud. Todos lo saben. Y más para las relaciones. Bueno para que sean sanas. En fin que sigo chupando como dios manda. Bien y bonito.

Y pues ya. El cabello se me ha derribado de la frente. Tengo una especie de pelona que hace algunos años atrás no tenía. La panza sigue igual, una minilonja nadamás. Me cagan más los prepis y todavía ODIO la música gruperra. Odio a los macuarros fresas, a los cariputis, a los mentiros@s, sigo teniendo sueños locos, sigo pintando, escribo igual de feo que antes, sigo queriendo ser el mesías (el “me decías”) del arte y del rock , sigo amando el rocksito ye ayea, procuro mantener mis cánones de espíritu y creencias, y sobre todo mantengo el (puede sonar metaarchirecontramegahipersuperultra cursi) el amor por cierta laidi, jaja. Ye ayea. Que bárbaro. 35 años y sigo igual pero creo que ya soy diferente. 35 años de pensar de cierta manera diferente a los demás, eso lo sé (sometimes)............ 35 años de ser yo. Treinta y cinco años de haber nacido y de seguir en este lugar llamado Terracota, 35 años de ser yo. ¿Qué puedo hacer? Esperar a los 45. Yea.

Peace!

Pd de útima hora: Dont freak yourself!

miércoles, 7 de mayo de 2008

Pasión Intransigente.

La transfusión es necesaria. Es posible que se vaya sin que nadie lo note y ya no se pueda obtener la sangre. Así que lo mejor será que lo mantengan en un lugar seguro. De ser posible manténgalo en un lugar donde nadie lo pueda ver. El más tiempo posible.

Ante tales órdenes se tuvo que maniobrar la táctica adecuada para que se lograse el éxito.

  • A) Plantar enormes árboles en medio de las oficinas de trabajo.
  • B) Se redujo al máximo las evacuaciones intraespirituales.
  • C) Se prohibieron las evoluciones de todo tipo.
  • D) Se recogieron todos los relojes de pulsera.
  • E) Mandaron tapar el sol.
  • F) Prohibieron la paz.
  • G) Proliferó el amor.

De cierta forma su encierro le permitió observar con detenimiento que el deseo de ver la luz del sol de nuevo lo tenía con menor preocupación. Las transfusiones habían cumplido su cometido. Pero a él lo habían dejado casi al filo de la muerte, muy cercano a la locura. Al salir se tuvo que reencontrar con viejo vicios, enumerar la gente que había desaparecido, sostener largas pláticas con sus congéneres y olvidar que la culpa era de todos.

Casi al final de su vida recordó que tenía un pendiente. Se acercó a la cárcel donde había estado.

Se introdujo entre los barrotes y descubrió con alivio las semillas que había escondido cuando estuvo encerrado. Solo una de ellas germinó justo cuando el daba su último aliento. Y murió sin ver la flor. La transfusión había sido un éxito.

El tiempo no está del lado de nadie.

Y en efecto. Los relojes son mudos de este lado del espejo.

En vez de tic tac sus manecillas son silenciosas. Solo giran en un sinfín de vueltas sobre los números. Y los números son peores.

Uno sobre otro solo se reproducen. Aún restándolos siguen saliendo por doquier. Hasta por debajo del aliento y de los parpadeos de los ojos. Entre más das más cerca estas del final de tu vida. ¿Y el tiempo? Calladito. Él solo se arrastra por debajo de nuestras almas, paseándose y platicando con las sombras de las personas dormidas. De las personas que lo ven pasar y a diario lo saludan. El tiempo se aburre pronto de la estimación de la gente. Los desprecia. En el correr de los momentos, en donde tan sólo algunos, se quedan rezagados y terminan llegando en el último lugar. Arrastrándose.

Pero no lo hacen para sentir pena. Simplemente así son. Lo hacen porque eso es lo que deben de hacer. Llegar siempre cuando ya todo se ha ido. Los momentos solos. Ahí se quedan. Mirando alrededor y esperando que alguien venga por ellos. Solo alguien sabrá si va por ellos o los deja.

Las casitas de metal del tiempo están en las manos de todos. Amarrados cual grilletes a sus muñecas. Disfrazan estas cadenas con modernísimos artilugios de seudolujo y anti tecnología. Para estar viendo si siguen siendo esclavos a cada segundo de su vida. Pendientes siempre de que hora es. ¿Y si llego la hora de salpicar de sangre las paredes? ¿Seguirán apreciando tanto sus casitas de metal, plástico? Seguro que sí.

Hora de la defunción; es lo que todos al morir, escucharemos por primera vez.

martes, 6 de mayo de 2008

Taste it!

No es necesario mentir, pero mis cigarros se han terminado una vez más.

Sin más nada que hacer que ver insectos en suelo, esta vez observo lo que es una minicatarina. Una como las que todos conocemos pero en tamaño miniatura. Una Catarina bebé, por así decirlo. Está perdida, tal y como todos los insectos parecen estarlo, en el patio de mi casa. Si es que a ese pedazo de cemento se le puede llamar patio. El insecto se pasea encima de mi último cerillo. Al parecer la cabeza semi encendida o media apagada del cerillo no le importa, ella se tambalea muy decididamente sobre el palito de cera. Y cada vez se acerca más al lugar donde puede tener fin su vida.

No puedo dejar de observarla. ¿Cómo algo tan pequeño puede ser todavía más chico? Una catarinita todavía más chiquita que las que normalmente observo. Me intriga saber si no se trata de un robot. Y se comporta como tal.

Al llegar a un milímetro del carbón de la cabeza del cerillo se desvía de manera sorprendente. Si yo fuera más chico que ella la vería como si se tratase de un camión de volteo, un torton, dando una vuelta a más de 120 kilómetros por hora en una calle de 3 metros de ancho.

Del palito del cerillo se dirige a la pared. Para llegar a ella se va dando pequeñitos brinquitos y moviendo sus alas. Demasiado pequeñas. Pero que si fuera yo un enano las escucharía como si fueran cien helicópteros al mismo tiempo volando sobre mi cabeza.

Por eso pienso que es un robot. Ningún insecto se comporta así. Hoy vi unas hormigas y no eran tan perfectas como ella. Como la catarinita tonturrona. Las hormigas y ayer una cucaracha violenta de noche. La muy cabrona se me aventó justo en el momento que la iba a agarrar para destriparla y tirarla a la basura. No es qué les tema pero sentí medio gacho al tener contacto con ella. Justo al atraparle con un pedazo de papel me hizo: GISHHHHHHHHHHHHH. No sabía que las muditas alimañas esas pudieran emitir sonido a tal grado que los “humanos” las pudiéramos escuchar.

Gishhhhhhhhhhhhhh, no pues, automáticamente aparte mi mano. El insecto aprovecho mi susto para huir hacia los cables de la compu. LA busque de nuevo agachándome, moviendo cables, haciendo shu shu, maldiciéndola y todo para que al voltear mi cabeza ella estuviera en el mismo lugar en donde la quise atrapar. Ahora no hizo Gishhhhhhhhhhh sino: Jajajajajiji. La muy cabrona se estaba riendo de mi. Fui por un trapo un poco más consistente que el papel y ahora si la pude atrapar. Se sentía obviamente enojada. Pero aún así no la solté. Apreté más hasta que escuchó el clásico crunch que toda cucaracha produce al ser exprimida. Como si fuera un barro gigante. Y se lo exprimieras a la pared. Las cucarachas son el acné de las paredes.