miércoles, 31 de diciembre de 2008

feliz hallowen!!!!!!!!!!!!!

Deja pensarlo....




No es tan facil hacerlo.
La bizarrez del día este.
Pero al fin y al cabo aquí existe todo y nada al mismo tiempo
Dinero y mujeres desnudas no da el amor.
Solo la enconvartura de la espalda. y la no "inolvidancia de mi enferma parte"
¿Tiene algo de malo mar hastar el enfermar?
¿Tiene algo de malo el ignorar hasta el sobresalir?


Feliz viaje a los que leen esto
Y si no..
Yea!


No termino el fin.
¿Para qué?
¿O qiuen?

miércoles, 24 de diciembre de 2008

no es mi culpa...


Sentirme asi, aún estando rodeado de un chingo de gente.
Ya lo sabes, no es friki juvenil, es lo ke se siente desde hace 30 años!

viernes, 19 de diciembre de 2008

LA VERDADERA HISTORIA DE ALGO QUE NUNCA OCURRIO.

Filomena se preparaba esa mañana para salir rauda al trabajo. Hacía dos días que no se presentaba y el tercero ameritaba una amonestación por parte de su jefe, el cual era muy estricto o al menos se acercaba a eso que nosotros solemos llamar “demasiado cabal” en las cuestiones laborales.

Filomena se peinaba, maquillaba, lavaba los dientes, se depilaba las pestañas y cejas, se cortaba las uñas de los pies y se tomaba un yogurt sabor avena en menos de cinco minutos. Odiaba que se le hiciera tarde cuando muy bien podía llegar temprano a donde debía de llegar.

Así que tomó su bolso y sus llaves. Abrió la puerta de madera rechinante y salió a la calle. Al momento de estar cerrando los cuatro candados de su puerta se dio cuenta de que algo raro le saltaba a la vista.

--¿Qué putas es eso?—Se preguntó Filomena.---¿Quién chingados pintó mi pared?

Filomena se detuvo un momento a contemplar lo que alguien en la noche había pintado en la pared de su casa. Se hincó para poder leer mejor el mensaje. Se alejó un poco y así pudo comprender lo que las complicadas letras decían. –No mamar ¿A quien se le ocurrió hacer esto? Pero de inmediato supuso. —Claro, tiene que haber sido aquel— Sin ninguna duda en su cabeza asumió que el autor de tal “travesura” había sido su ex compañero de cuarto.

--Que cabrón y que estúpido—Pensaba enojada Filomena--¿Qué cree que con esto va a solucionar lo que ya está solucionado?, ¿Acaso cree que con esto voy a volver a pensar en él?

Y claro que volvió a pensar en él pero de una manera en la que nadie se podía a imaginar. Solo ella.
--Que poca madre tienes Artemio.

Mientras Filomena se comunicaba de nuevo con su jefe diciéndole que otra vez no iría a trabajar debido a un acto de vandalismo grafittero sobre la pared de su casa, Artemio (su ex rumi) se levantaba otra vez crudo. Crudísimo como era su costumbre.

Artemio se levantó, escupió en el suelo, se volvió a acostar y se estiro cuan largo era, se volvió a incorporar y se dirigió al baño. Observó su cara llena de granos y de vellos que nunca podían formar una barba decente. Sus ojos rojos, sus dientes amarillos y su melena con caspa denotaban que la noche de ayer había sido como muchas últimamente.

Lleno de alcohol había caminado por la calles en búsqueda de algo que nunca encontraba. Lagunas mentales y algunos golpes que quien sabe donde se los había dado eran pruebas irrefutables de su ya casi mítico alcoholismo.

Trató de bañarse lo mejor posible pues no tenía jabón, así que solo se talló los codos y las rodillas y dejó caer un chorro de agua caliente entre las nalgas para evitar ese olor a cola que tanto molestaba las gentes con las que trabajaba. Salió de la ducha, se vistió con la misma ropa de ayer y desayunó lo pocos corn flakes que quedaban en una caja que parecía nunca se iba a terminar.

Salió hacia su trabajo y pasó todo el día envolviendo regalos para navidad, actividad por la cual cobraba el sueldo mínimo y con eso se sentía medio contento pues no tenía que sostener a nadie y hacía tiempo que ya no vivía con Filomena a la cual le había dejado un muy mal sabor de boca con su última estadía.

Artemio era muy dado a organizar seudoperfomances bizarros ante Filomena cuando ambos tomaban. Pero Artemio era un malacopa profesional y solía avergonzar hasta al más ducho borracho con sus locas ideas, provocativas charlas y peligrosos actos de malabarismo etílico.

Hasta que un día le colmó el plato a la pobre Filo y lo mando directito a la chingada y sin boleto de retorno. Esto Artemio no lo tomó muy bien que digamos y trató por todos los medio posibles hacerle saber a Filomena que estaba arrepentido, que nunca más haría el oso y demás tonterías. Pero Filomena nada tonta siempre le dijo que nel. Pero él insistía. Demasiado diría alguien más hasta que Filomena le preguntó: Bueno Artemio ¿Y para qué me insistes tanto? ¿Porqué chingados no te vas y haces tu vida y a mi me dejas en paz?, ¿Qué te cuesta mucho encontrar otra romie? A lo que Artemio le contestó con una voz seria seria—Porque estoy enamorado de ti.

Por eso a Filomena no le cabía ni la menor duda que Artemico era el autor de tan deleznable acto al rayar la pared de su casa. Estaba completa y totalmente segura. Solo que existía un problemita: Artemio no lo sabía.
Así transcurrieron casi dos meses (Filomena en sus cosas y Artemio en las suyas) hasta que un buen día el bolero que le daba bola a los zapatos de Artemio le dijo: Uyy manito ¿Por qué la cagas tanto y tan seguido? Artemio no le hizo caso al bolero el cual le volvió a repetir—No te hagas el que te habla la virgen? ¿Por qué eres tan wey Artemio?

El sacado de onda de Artemio por fin se dio cuenta de que el bolerito se dirigía él y le contestó--¿Qué no me haga wey de que cabron?--¿Cómo que de qué? ¡Pus de la rayada que le diste a la pared de la Filomena!-- ¿Qué que de qué a la que de quien?—Preguntó Artemio retirando el zapato de la mano del bolero que escupió a un lado al ver la reacción de Artemius.

El bolero solo atinó a mover la cabeza en señal de reprobación. Artemio le dijo: A ver aver como está eso de que según ¿Yo rayé la pared de Filomena? Ah chingá ¿Y cuando hice eso?

El bolero ya medio enfadado le dijo: Pues de seguro ni te acuerdas. Con eso de que te empedas y “pierdes la memoria”…si hasta a mi me has llegado a desconocer, no te hagas Artemiados todo mundo sabe que fuiste tú.
Artemio estaba de verdad ofuscado con las conclusiones de ese pinche bolero. Además ya todo mundo sabía que el había sido el rayador de paredes. No me chinguen pensaba para si mismo.

--Aver no mames. Cuando te dijo eso, que acaso la viste y te dijo o que onda?
--Nooo ella no fue sino que un amigo de un amigo mío que conoce a un amigo de ella le contó y pues se corrió la voz…ya ves. Chisme grande en pueblo peque.
--Ahhh y resulta que el único y muy probable sospechoso soy yo. Ah mira que cómodo. Si hace miles de años que ni la veo.
--Pero sí siempre me cuentas que soñaste con ella.
--Y eso que. No por soñar con ella voy a despertarme e ir a rayarle su pared o lo que haya sido. Es más pinche bolero de cagada…--¿Qué pasó? Si yo solo te estoy diciendo lo que a mi me contaron—le decía el bolero ya más tranquilo, sabia que Artemio cuando se enojaba podía decir las leperadas mas puercas de la comarca.—Bueno disculpa por lo de bolero, pero no manchen, deveras que no fui yo. No mamen ¿Como creen que yo voy a hacer algo así?

--Pero es que mira Artemio, pinche Artemio, tooodo mundo sabe que cuando te pones burro haces cada jalada de no mames. Es obvio que todos crean que hayas sido tú y nadie más.

--A ver, como no saben que Filomena a lo mejor trae ahora a otro wey de nalgas y ese compa fue y le rayó su pared para ver si así le hace caso. Es más yo ni al caso. Yo una vez le dije que estaba enamorado de ella y ya. De ahí no pasó. Hasta ella me dijo que mejor le emigrará a otro país o algo así. Hace tanto que no la veo—Artemio movió los ojos para ver sus recuerdos de cuando vivía con Filomena.

Mientras sus ojos se movían la mente de Artemio viajaba algunos años atrás y veía como había conocido a Filomena y como ella le había dicho que le urgía tener un rommie para poder pagar la renta y demás. Artemio antes que todo le echó un ojo a Filomena (que la verdad no era nafa fefa) y después a la casa. No tardó ni tres segundos cuando él accedió a vivir con ella y compartir la vivienda que ella tan gustosa le brindaba.

Y así estuvieron por cerca de dos años. Pero fueron dos años de patadas y abrazos. Eran tantas las pedas que había días que no había que comer pero si que tomar y pues nadie le dice que no a un buen drink. Pero Artemio era un bobalicón que de buenas a primeras se le metía el diablo y eso desquiciaba a todos. Y más a Filomena que no sabía si correrlo o aguantarlo otro rato más.

Lo que Filomenita no sabía es que este pedazo de cabrón estaba perdidamente enamorado de ella, pero era tan topil que no sabía como decírselo. Artemio creía que si se ponía pedo y se ponía rudo ella iba a verlo como a un gran cabrón que merecía todo el respeto; pero sucedía todo lo contrario. Con cada perfomance mala copa Artemio iba perdiendo puntos. Pero el muy tarado se enamoraba más con cada pedota que se ponía. Y no lo podía evitar: el enamorarse y el decir leperadas de muy mal gusto con lo cual el estaba cavando su propia tumba turbia.

Hasta que sucedió lo que tenía que suceder. Filomena lo corrió y justo ese día a él se le ocurrió decirle que la amaba. Demasiado tarde para los buenos cálculos de una gente decente.

Así que Artemio tuvo que irse a vivir a un congal y Filomena hizo de su vida algo que para Artemio resultaba un misterio. De vez en cuando el se conectaba en el Messenger del cyber café de la esquina y se topaba a Filomena y charlaban largo rato. De vez en cuando Artemio le decía que la amaba y cosas cursis para ver si le daba chance de volver con ella y vivir ya en plan de pareja. Filomena solo se reía sabiendo que el pobre Artemio se deshacía por que ella le diera una segunda oportunidad, la cual nunca se le hizo.

Y así pasó el tiempo hasta que Artemio se dio cuenta de que nunca iba a lograr nada con estar de rogón y menos iba a lograrlo con una actitud de pobre wey sin amigos y ni un perro que me ladre. Así que optó por lo más sano y se fue de viaje.

Regresó y entró a trabajar en la tienda de regalos dispuesto a olvidar que alguna vez en su vida había conocido a alguien llamado Filomena. Hasta que al pinche bolero se le ocurrió contarle lo de la pared.

Pinche pared.

Mientras eso sucedía la vida de Filomena era una montaña rusa. Había conocido a cientos de galanes y dos que tres de ellos le habían movido el tapete. Pero algo ocurría en su loca cabecita que ninguno le daba el 100% y no la acaban de convencer. Para olvidar se dedicaba a beber de vez en cuando una botella de vodka cada dos días.

A Filomena le llovían proyectos en cantidades groseras pero por alguna u otra razón nunca se concretaba nada. Así que para olvidar esas malas rachas se bebía una botellita de licor de Savia cada tres días, alternando con un vodka cada dos. De vez en cuando salía de viaje con amigos y regresaba a su diaria rutina de taquimecanógrafa en la oficina de un señor que se dedicaba a la venta de ganado porcino en su bien persignada entidad. Cada día le hartaba más vivir en ese pueblucho que no le brindaba nada a sus grandes dones de escritora y poeta. Así que se dedicaba a sustentar la vida de sus amigos y la de ella misma en grandes fiestas llenas de todo tipo de sustancias radioactivas. Muy de vez en cuando le llegaba a pasar por la mente la imagen de Artemio diciéndole babosadas. Y eso la ponía de un humor de perro. Por lo que optaba por salir de su casa y buscar fiesta en algún otro lugar.

Hasta se enamoró de un señor dueño de una fábrica de calcetines pero el amor no les duró ni una semana. O al menos eso ella creía. El pobre señor se había vuelto loco con los besos de Filomena pero ella lo regresó a su fábrica con todo y sus regalos. Ella se sentía enamorada pero había algo que ni ella sabía y eso no le permitía creer en el amor. No quería enamorarse. Le daba hueva. Así que cuando se puso a platicar con Artemio y ella leía todo lo que le decía: Estoy muy enamorado de ti y sumamente arrepentido nunca me di cuenta disculpa no sabía lo que hacía dame una oportunidad más, solo él la hacía sentirse bien. Sabía que este perro la tenía en un pedestalote y que de ahí no la iba a dejar caer.

No necesitaba del amor, con coger dos veces al mes se sentía bien.
Algo que a Artemio no se le daba para nada.

Al tratar de olvidar a Filomena se envolvía con las mujeres de las más extrañas costumbres. Una de ellas se creía paloma, otra no sabía hablar español y le apestaba la boca a niño cagado, otra era gorda y con una panza que parecía un barril de pulke lleno, la que más o menos le hacía sentir algo tenía un grado leve de síndrome de down y pues no. Así que por más que quisiera coger (hacer el amor decía) nunca se le hizo. Ni con las meseras más putas de la comarca podía anotarse ni un faje leve.

Por lo que la “esperanza de que la Filo me de un chance aunque sea leve” nunca desapareció de su cabecita loca.

Y cuando supo lo de la pared pues de ahí se agarró. De alguna manera creía que esa extraña obra la había vuelto a poner en su camino. Pero ella pensaba de otra manera.

Una vez que el se enteró de que era culpable de algo que no había hecho supuso que de alguna u otra manera ella se lo haría saber. Pero pasaron los días y ella no le decía nada. Y hasta llegó el día en que se encontraron en un congreso de Forjadores de Piedras preciosas (ninguno de los dos sabia que hacían ahí) y ella ni el se dijeron algo con respecto a la pared. Claro que hubo saludos y amenas minicharlas pero de la pared ni madres.
La plática por medio electrónico seguía como si nada. Filomena con dudas y Artemio con ganas.

Así hasta que se volvieron a encontrar en un Simposium sobre Música que no es Música y otra vez lo mismo de la otra ocasión: Saludos y minicharlas.

Artemio iba super borracho (igual que la primera vez que se vieron después de no se cuanto tiempo en el congreso de forjadores de piedras preciosas) y al verla decidió huir de ella. No podía verla y no sentir ganas de decirle o preguntarle que onda como estas ¿Qué alguien pintó la pared de tu casa? Ahhh pues fui yo. O más bien no fui yo. Yo te lo digo en tu cara.

Pero Artemio solo balbuceaba frases inentendibles y se iba en búsqueda de más cerveza.

Filomena lo observaba y veía a un niño sin amor. A alguien que quiere llamar la atención estando siempre ebrio y seudo alegre. Pero bien sabía que ese mugrosito daría lo que fuera por una segunda oportunidad. Por eso estaba segura que el había rayado su pared. Pero algo la hacia dudar. Ese algo nadie sabe que es. Así que mejor se despidió y se fue a su casa que ya para ese entonces ya estaba pintadita y como nueva. Los rastros de que alguien había rayado una frase ya no existían.

Artemio se preguntaba Bueno y porque no me dice nada. Pero al poco rato se le olvidaba dándole gusto al gusto. Se paseaba de aquí para allá, platicaba con uno y con otro. De vez en cuando se acercaba a Filomena pero sentía culito y mejor se hacía pendejo viendo a la banda que interpretaba música basada en los cuentos de Octavio Paz. Horrible.

Hasta que ambos se despidieron. Filomena a su casa y Artemio a su congal.
Una vez ahí el se conectó para ver si podía charlar con una amiga de Cancun y que le estaba proponiendo irse a vivir con ella. Pobre.

Pero grande fue su sorpresa al encontrarse a Filomena. Ni tardo ni perezoso, aprovechando el vuelo de la pedita que se cargaba, empezó a contar las miles de alabanzas que tenía para con ella. Filomena lo paró en seco contándole lo que ella creía que él no sabía, pero como cuento aquí, él ya lo sabía. Creer lo que tu crees que el otro no sabe, pero que si sabe. Insideout.

Así que Rigoberto le contestó: No pues no fui yo.
Filomena contestó: Ahh que bueno.

Y así dos días pasaron.
Después otra vez lo mismo.

Así que Rigoberto le contestó: No pues no fui yo.
Filomena contestó: Pues no te creo...Ya sé que fuiste tú mamón.

Algo que no sabía y nunca se había imaginado Artemio es que Filomena fuera bipolar. Un día si le cree y al otro no. Eso lo sacó de onda. El pensaba que todo iba a estar bien. Pero no. Nada está bien en esta viña del Señor.

Por días Artemio pensó que tenía una mugrosa oportunidad de platicar con ella y reivindicarse pero nunca pasó eso. En lugar de tranquilizarse optó por lo que mejor sabía hacer: Ponerse una peda marca Diablo Amargo y meterse al café internet por una ventana a las cuatro de la madrugada. Conectarse a internet y claro vociferar en contra de Filomena que nadie sabe porque diablos se conectaba al Messenger a las 4 de la mañana en Domingo!

Artemio dejó salir todo el cariñocoraje que sentía hacia Filomena. En su cabeza llena de etanol no podía comprender como Ella no creía en el.

Él sabía que lo tenia merecido, que tarde o temprano todas sus acciones se le iban a retornar de alguna forma, sabía que su fama de malacopa y de ojete le ponía en bandeja de plata a Filomena que él fuera el único sospechoso de la rayada de pared, eso lo ponía mal, loco. Se sentía insultado (pobre borracho Artemio) que dudara de él que solo se había dedicado a honrar su memoria de romie borracho pero nunca mentiroso. Y explotó.

--Yonofui yono fui yono fui yonofui, aghh te odio por no crerr en mi yo soy bueno y de corazónoble. Te odio pero te kiero, más no burpppp yo no fui yo nofui. —Patético Artemio.

Filomena lo único que hizo fue desconectarse para siempre. Y dejar que Artemio lidiara con sus demonios. Pinche Artemio si tan solo hubiera dicho que si. Pero no.


martes, 16 de diciembre de 2008

Ana Liza Melo.

Estaba escuchando hoy por la tarde la plática entre dos insectos.

Los dos discutían acaloradamente sobre la decisión de estar esperando durante toda su vida la llegada de su muerte.

Uno de ellos pensaba que la muerte puede llegar cualquier día y en la forma menos pensada.

El otro sugería que con solo de pensarlo le daban ganas de morirse.

Conforme platicaban sus frases se hacían cada vez más duras, más groseras, más cínicas. Se estaban dando en toda la madre pero sin golpes, solo con palabras muy hirientes.

Yo observaba como que no queriendo, pero eran tales sus aspavientos que era imposible no darse cuenta de que en cualquier momento la bronca iba a comenzar.

Y el observar a dos insectos pelearse es un espectáculo que no todos los días se puede ver, al menos no en esta pequeña ciudad polvorienta.

Destapé mi refresco para no verme tan obvio. Además encendí un cigarro para verme aún menos interesado en su devastadora plática. Se decían unas cosas que si no fuera por que ni siquiera los conozco pero de verdad… que ganas de joderse.

Al tercer sorbo del refresco de sabor naranja un rayo de sol no me dejó ver como uno de los pequeños insectos le daba un golpe certero al otro en su cabeza.

De los gritos pasaron a los golpes en cuestión de segundos. Sangre, polen, antenas, pedazos de cuerpos volaban por todos lados. Y yo sorbía mi refresco y calaba el cigarrillo no dando crédito a semejante acto de violencia tan diminuta. Pero real. Eso es violencia insectil.

Al final solo uno quedaría como vencedor.

Pero preferí unirme a la plática de unas aves que iban pasando rumbo al sur.

FakenonsenseOST...Paw ...Couldn't Know.


viernes, 12 de diciembre de 2008

Fábula onomatopeyesca de una gripe anunciada.

Escribir con una gripe apabullante no es fácil. Mucho menos cuando tienes que limpiar el teclado de esas gotitas de agua que salen de tu nariz y van a dar directo en la barra espaciadora o alguna que otra letra entre la P y la M. Además el cigarro se mete en tus fosas y medio las seca pero de todos modos sigues “goteando” agüita. También hay que tomar en cuenta a los ojos que se sienten secos. Te arden, los sientes como si estuvieras crudo. Solo un leve lagrimeo cuando estornudas los lubrica. Como bonus extra está el dolor en los riñones o parte baja de la espalda y ese si quien sabe cual sea su origen. Chance el de estar acostado casi todo el día esperando que los estornudos se detengan de una vez por todas. Pero es inútil. Un ataque de mega estornudos hace que tu esqueleto se mueva de atrás hacia delante como si fueras en la montaña rusa. Aunado a esto el piqueteo de la nariz y que se extiende hacia el ojo izquierdo dándote una muy extraña comezón. La clásica comezón de los ojos cuando tienes gripa. Además….AAaaaaaaaaaaaaachuaaaaaaaaaaaaa! Upss perdón.

Mejor les contaré una linda historia que escribí antes de nacer y que se intitula:

“El Sapo y la Modelo”

Y dice así: Erase una vez un sapo baquetón que solía acostarse en la orilla de un lago a escupir largos chorros de agua. Larguísimos algunos dirían. Y así se pasaba las horas del día. En la noche se dedicaba a cazar mosquitos y demás alimañas de baja ralea. Pero un día…Siempre hay un día en que las cosas cambian, ya sea para bien o para mal, prosigo: Pero un día una modelo estaba haciendo una sesión de fotos cerca de ese lago del sapo escupidor cuando a la muy; no sé si decirle tonta, bella, inteligente o distraída muchacha, se le ocurrió acercarse de más a la orilla del lago. Se acercó tanto que un chorro del sapo le salpicó toda la cara.

En eso es sapo se convirtió en piedra. Pum. De pronto el sapo era una fuente que irradiaba paz y tranquilidad. Y la modelo se quedo asombrada, boquiabierta y anonadada. Decidió llevarse al sapo a su casa y presumirlo ante todas sus amistades…hasta que un día.

Un buen día el sapo revivió, bueno no revivir porque muerto no estaba, más bien solo era de piedra. Digamos que despertó y se acerco a la modelo y le dijo ante la incrédula mirada de todos sus invitados: Ahora que me tienes aquí ¿Qué piensas hacerme? Los invitados empezaron a vociferar las más tontas ideas: Comételo, disécalo, ponle ojos de canica, véndelo, hazlo santo, llévalo a un noticiero de lo insólito, etc, etc.

Pero la modelo se quedó de nuevo asombrada, boquiabierta y anonadada. Y solo atinó a decirle al sapo que ya se veía medio aburrido de estar esperando su respuesta: Pues te voy a dejar libre para que regreses al lago de donde te saque.

Y así fue. El sapo fue regresado al lago no sin antes la modelo derramara una lagrima por su querido sapito.

Y así sapo y modelo siguieron con sus vidas. El escupiendo grandes chorros de agua y ella modelando para la gente.

Moraleja: No por ser una persona de gran magnitud uno se debe de dejar llevar por los rancios impulsos de la gente que nos rodea.

Moraleja dos: No por muy sapo no habrá una modelo que lo chille.

Moraleja tres: Modelo a tus desfiles, sapo a escupirles.

Moraleja cuatro: Ante una nueva vida nada mejor que lo ya visto.

PD: Eviten tomar más de cuatro pastillas rojas gordas cuando tengan gripe y ya estén caducas. Escritos como este se pueden evitar. Jo j ojo.

Pa evitar la depreagripeda OST Reverend Horton Heat- Psychobilly Freakout




sábado, 6 de diciembre de 2008

Qué frío da el fumar.


De cierta manera me siento pleno.
Aunque falta mucho para serlo 100%.
Sin embargo no me falta nada. Nada.
Solo algo. Pero es su problema.
Y chance no le falta nafa.
Pero hablando de mi...
El pintar sin discreción y el ke algunos lo vean es yea yea. Bonificable.
¿Para que tener ganas de enojarse cuando lo bueno pasa sin quererlo?
Todos los días deberian de ser como hoy.
Debo de enorgullecerme de ser más como soy y de lo que hago.
Eso me ha faltado desde mucho hace tiempo.
Me tomaba como un vil ser, cuando en verdad soy más que todos. Mucho más.
Y sin embargo sigo siendo nadie.
Que ironia.
Sentirte mucho sin que seas nada. Sol solo para algunos.
Me vanaglorio de mis actos, de mis obras, de mi vida.
¿Qué más da hacerlo ahora?
Me siento bien conmigo mismo. Nadie vale más ni menos. Todos son lo que son y ya. Todos valen y todos hacen historia en mi vida.
Espero yo hacer lo mismo.
Mañana será un buen día. Eso espero.
No por algo lo he hecho.
Más color y mas diversión pa´no joder.

La botella esta casi vacía.
¿ire por más o por cigarros?
Aghhhhhhh amo estas ondas.
The real life it's feel so good.
Nico y Tina
me invitan a dar un paseo.
Chance voy con ellos, bayyyyyyyy.
balazos y violencia me esperan.Ajuaaaaaaaaaaaa.
Matar a dos tres servidores púbicos del publico visor.

Pero nada pasa. Solo ir y pedir que te den los cancrillos.Y uno que anda en busca de sensaciones pesadas.Pero todo es trannnquilo.
Hasta yo. Hoy estoy tan limpio, tan mejor que resulta extraño el haber sido como fui hasta hace poco.
Pero que se le va a hacer. El humano cambia sin que avise.
Sucede cuando menos te lo piensas.
A veces suele ser DemasiadoTarde para algo, para alguien, para uno mismo; pero al hacer el cambio y seguirlo es muy bonificable.
De hecho todo lo es.
Que noche tan fría es cuando no veo ciertas líneas aparecer ante mis dedos.
Saludos!
Que hacer cuando alguien 99.9% desconocido confia en OST the warlocks come save us

jueves, 4 de diciembre de 2008

No importa si eres el ultimo o el primero, con que seas único, con eso basta.

Es pertinente el descanso, dejar que las naves llenas de días desolados naveguen por las aguas muertas.

Usar la anestesia del recuerdo. Sentir de nuevo la tinta eléctrica sana.

Dejar que camine por las avenidas llenas de aires benevolentes con su vida.

Solamente con la esperanza de que encuentre lo que busca.

El abrazo enterrado en tonterías descubiertas sin verdad.

Servir al atributo de los alcances de mi razón. Sin moral alguna que no me es necesaria.

Dirigirme al ritmo de lo que nadie conoce. Fumar en reversa. Beber en seco. Querer sin estar.

Vigilar que la lluvia traiga consigo las fotos encerradas de los únicos días que viví unido a un segundo sin medida.

Y si llego a creer en el destino que sea parejo, sin molestias y sin tardanzas. Porqué el esperar avejenta el deseo.

Sentir influencia musical en lo que mis manos hagan. No ver de nuevo el movimiento de ellas con un fin sin terminal.

Quedarme flotando en medio de la velocidad del rasgo, del golpe de aire, de una ventaja hormonal. Y besar una cara desconocida por el tiempo.

No te marchites flor en un charco de resentimiento, florece que es lo único que mereces.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Por fin...vaya limpia.

Te das cuenta de que el rumbo ya no sirve cuando a pesar de todos los esfuerzo que hagas de todos modos van a caer directo al bote de la basura. Sin ninguna compasión te deshaces de lo que nunca debió de haberse dicho. Sin embargo pasa y cuando esto sucede los pequeñitos trozos de amistad u lo que sea se derrumban sin remedio. Comienzas a alucinar barato, a no confiar ni de tu sombra porque sabes que si lo haces te puede meter el pie. Y es harto frustrante que tú mismo te hagas sabotaje, claro que esto ya es una costumbre.

De cierta manera nunca dejaste de querer.

De querer tanto y darte cuenta de que no podías tenerlo; de saber que eso que querías te hizo tanto daño, que en cuanto existe la posibilidad de reprochar lo haces sin recato, sin medir lo que pueda pasar. Llegas a detestar lo que tanto amabas. De nuevo saber que por andar en el momento inadecuado no te das cuenta de lo que haces y siempre es muy tarde cuando reaccionas.

Y así llega la indiferencia. Todo apestaba a que sí hubiera dicho que si o que no todo hubiese sido inútil. Pero con ciertas personas nunca se sabe nada. Te hacen saber de sus sentimientos cuando ya estos no le interesan ni al que te los dice. Y te los hacen saber de la manera más antagónica.

Todos pueden seguir con sus vidas puesto que nada cambia. Todo sigue fantásticamente igual. Aunque creas que ya cambió todo sigue igual. Nadie cree nada. Y todos se la creen.

Pero a mí solo me importa lo que yo hago. Por eso cuando sucede lo contrario me desvío del rumbo. Llego a tomar decisiones que no son del todo buenas y a las cuales poco después les buscó alguna absurda solución. Es mi estilo. Y algunas veces resulta.

Pero no todo es fatalismo ni pavor al que dirán los Limantour. Prefiero quedarme con los buenos días y noches, con las risas, abrazos, besos y buenos deseos, excelentes pláticas, asombrosos descubrimientos, bellísimos momentos que con las tontas soluciones, que con los reproches borrachos, que con las groserías y mucho menos las mentiras.

Prefiero lo honesto y quedarme relax con lo bueno que fue todo aquello, tan chingón que fue pensar en tener una vida compartida con alguien tan especial, tan inteligente, tan bella pero que al fin y al cabo resultó ser tan…ella. Y yo, pues yo.

Aquí ya no hay cupo para los perdones, si no más bien para las GRACIAS. Por todo lo que fue y lo que se llegó a crear, puesto que nunca jamás nada cambiará.

Muchas tanques. Y gur nait.

PD: Como dice Pony Bravo:

Necesito llorar y no me salen lágrimas lo más que hacen mis ojos es sudar.

Un sudor de esfuerzo por llorar.

Por muchas gotas que caen yo no me desahogo…me ahogo.

Y ya, basta.