jueves, 27 de mayo de 2010

Mi cerebro se esta deshaciendo muyyy lento

Ademas me da la cruda fatal en el trabajo y me dan ganas de dormirme de inmediato.
Como ke la razon se me escapa por los ojos y me desquicia vivir.
Creo ke ya es hora de tomar las cosas con calma y tratar de estar en este mundo mudo de una maneras mas correcta. A ver si así el señor me deja entrar en la casa de ella.

jueves, 6 de mayo de 2010

Terrible ataque de honestidad.

Me encontraba cagando cuando una mosquita de la fruta pasó revoloteando enfrente de mí. Instintivamente mi mano se abalanzó hacia ella, la tomé con un rápido movimiento, no sabía si la habría podido atrapar. Estrellé mi mano contra mi rodilla y ahí estaba. LA mosquita hecha mierda sobre mi rodilla.

Y pensé que el día de hoy, a eso de las tres y media, fumando mientras observaba a la gente caminando bajo los extremadamente calientes rayos del sol que la vida valía madres.

Demasiado tarde me di cuenta de que ese no era mi lugar. O sea, el trabajar ahí o simplemente estar ahí parado escondiéndome del sol. Esperando a que alguien pase por la calle y me sonría. O que me aviente una piedra. Pero el calor era demasiado. Ni siquiera personas imaginarias sobrias lo harían.

“Regrese a su lugar de trabajo, señor”.

Antes paso al baño, me tallo las manos con fuerza hasta que los padrastros sangran. El olor a tabaco persiste en mí. Observo la atmosfera que ha quedado tras la extinción de algunas de las personas que antes rondaban por aquí. El silencio es no muy alentador. A pesar de la frescura que brinda el aire acondicionado que siento al entrar, ver el paisaje me ataja el deseo de permanecer parado y refrescarme el caliente cerebro. Sin embargo ahí debo de estar.

¿Y porqué?

Porque hace 5 años la vida se cayó. Me secuestraron a base de comida y techo. Después me acostumbre a las malas costumbres y a ciertas personas. Algunas me compartieron momentos de sus vidas y un poco más de sus muertes. Compartimos. Y decidimos desaparecer por espaciados lapsos de tiempo.

Conforme pasan los días y noches me he dado cuenta de que mi manera de perder las cosas que aprecio se hace cada vez más obvia. Y la obviedad a veces hace la vida más cómoda. Permanecer hastiado a cada rato no es justo y es obvio que cansa.

Las densas pérdidas de la memoria hacen que pase por alto algunos de los momentos más agradables de la vida. Sin embargo todo resulta bien y cada quien se va rumbo a su destino. Todo cambia solo que todo sigue igual A pesar de que varias neuronas se pierden en la acción, algunas sobreviven y vienen al gritarles que las necesito. Acudan a mi llamado.

Sin embargo decido ir a sentarme en mi lugar de trabajo, que no ha trabajar. Observo la computadora. Y deseo de nuevo salir a fumar. Abro la bolsita de chicles que he tomado del bowl de uno más de los que ahí trabaja. Veo todos sus colores y los voy saboreando mentalmente. Así ya no me harán caras cuando les hablo cerca. Mi aliento creo que es infernal. Dragonesco.

Me siento trabajar en una especie de limbo. Donde todo permanece frió, sin mutaciones de ningún tipo, con las mismas caras de por vida delante de ti. Y aquellas que cambian no vuelven. Se han de ir quien sabe a donde.

Me jalo los cabellos al recordar lo que no he hecho y que debería de empezar en ese mismo instante. Me levantó y le doy una bofetada a la nueva compañera que es fea y repulsiva. Sus manos son las de un chimpancé que fue quemado vivo, las uñas de los dedos de sus pies son grotescas y deformadas por años de andar en huaraches. ¡Maldita macuarra apestosa!

Al recibir la cachetada voltea a verme conteniendo la ira dentro de ella. Sus reflejos, a pesar de ser una gorda compulsa, son rapidísimos logrando darme un puñetazo en el brazo. Volteo para tomar un tajo de lápices con la punta recién afilada y se los clavo en un ojo.

Los demás compañeros de trabajo ni se mueven. Nadie dice nada. Mi compañera Rofla yace en el suelo de mosaico blanco ensuciándolo con su sangre que cada vez se hace más oscura. De pronto la gente empieza a reaccionar al observar que ahora la estoy pateando con todas mis fuerzas. Gritan mi nombre y algunos weyes me tratan de abrazar, de pegarme y alejarme de ella. Solo una amiga de Rofla se atreve a hincarse y tratar de ayudarla.

Con mano insegura trata de sacarle los 10 lápices que lleva clavados en su ojo izquierdo. A ella también le doy patadas. Justo le doy en la boca y puedo ver como se lleva las manos a su rostro cuando dos compañeros me toman y me sujetan. Logro escaparme de sus brazos de trabajador desnutrido. Brinco por encima de la barra que nos divide unos a otros. Nadie trata de detenerme. Les grito que son una bola de ojetes, hijosde puta macuarros que no hacen nada por cambiar la situación. Solo la señora Raki toma el teléfono para llamar a no se quien. ¿Para qué? Si de todos modos me acerco a ella y le doy tremendo madrazo con su fax. Noqueada cae al suelo. Su cabeza hace un ruido hueco al hacer contacto con el piso.

Salgo del edificio no sin antes ver al policía que corre a hacia mi diciéndome si no sé lo que pasó, que escuchó gritos y ruidos raros. Le digo que no y el cree que salgo de nuevo a fumar.

Me detengo en la puerta del edificio donde trabajo. Destapo una cajetilla nueva de delicados y fumo. Me fumo otro. ¿Y porque aún no me detienen?

lunes, 3 de mayo de 2010

Asustado.

Si te diste cuenta me quedé mudo. Pero mudo por dentro.

Si hablaste ni te escuché. Y si parpadeaste al momento de recibir la bala…ni cuenta me di.

Era obvio que la noche terminara de una manera brusca. Desde casi la media noche se alcanzaban a denotar esos leves signos de que sabes bien harán que todo acabe de manera brusca, tosca y horripilante.

Y todo empezó al ver a uno de ellos tendido en un charco que nadie sabía si era sangre o vino. Y aquel otro que parecía tener un hoyo en la cabeza, no se podía adivinar si lo que salía de ahí eran sus sesos o simplemente parte de los tacos que se estaba comiendo antes de los balazos. A mi solo me ardía un poco el estomago, pero no sabía si era la maldita gastritis o una bala perdida que había dado justo en mi abdomen.

Tras tan solo 3 segundos nos dimos vuelta para saber que es lo que estaba pasando. De donde putas venía todo ese escándalo. Me agarraste la mano al ver que una horda de gente se nos venia encima. Puta madre a correr. Pero mi panza me ardía a cada paso que daba. Me dijiste que nos detuviéramos a ver que es lo que me pasaba, Y bolas, mi camisa nueva estaba llena de melcocha y nos dimos cuenta de que era sangre. Chale.

Y ni modos. A correr de nuevo para escondernos. ¿De qué o quíen? Nunca lo supimos. Con mi mano trataba de parar la hemorragia pero la sangre fluía muy divertidamente de mi estomago hasta mis piernas. Nos sentamos en un lote baldío pues parecía el lugar más seguro, pero el lugar que escogiste para esperar que el pedo pasara, estaba lleno de ratas.

¡No mames aquí hay un chingo de RATAS! Te grité y tu gritaste y unas chavas que también estaban ahí también gritaron y todos corrimos de nuevo hacia la calle. Las patrullas apenas empezaban a llegar y empezaron a detener a todos.

A nosotros primero nos la hicieron de pedo pero al verme todo sangrante y pálido y al ver tu carita toda chilluda se dieron cuenta de que éramos parte de los “afectados”, así que nos subieron a una ambulancia (a esa hora ya todo era un caos y varias ambulancias llegaron para llevarse a muertos y a los no tanto) y me llevaron directito al hospital.

Ahí me tuvieron como unas 10 horas hasta que por fin los doctorsitos me dijeron que no había problema, pues la bala que me había traspasado no había dañado ningún órgano vital. Fiu.

Pero de lo que más me acuerdo de esa noche es que terminaste conmigo.

Y ya nunca más te vi.

Es por eso no me gustan mis cumpleaños.

sábado, 1 de mayo de 2010

HIJO DEL DIABLO

Si esperabas abrazos y besos yo te doy dolor.

Si piensas que hay luz yo te doy obscuridad.

Tu alegría me da pena.

Mi doler es tu placer.

Mi placer es tu sufrir.

Mi desencanto es la dicha de miles

Y mi abrazo es la muerte.

Tu presencia es un halago

Más no te creas dios

Aborto, necio, odio amor!

Al gustarme tu amar te deseo a morir

Y tu cuerpo ostia de demonios un gusto tocarte

Alabaste con andar, deseaste estar en el infierno de mi cadera

Pero te odio aun más que existo

Pero te amo aun más que vivo

SOY EL HIJO DEL DIABLO

Y respeto el dolor

Respeto el apestar

Respeto el sufrir

Deseo el mal

Deseo el bien

Desvaneciéndose la cordura de estas palabras

Amarte es un tramo

El ruido de tu silencio

Es el camino que adoro

Be ahí

Re confortaste el nocturno

Ni siquiera me viste

Ce rebro no hay

Nado en un mar de fuego

Me ahogo en el cielo

Y adoro tus manos que me ahorcan

A cada paso ke doy

Soy el hijo del diablo

Tu angustia, tu dolor los mamo

Mamar madre mamá

Embestidas de la desesperación

De la soledad

Del ámbito oscuro

De la mano me toma el diablo

De la lengua me toma dios

Y aun así adoro el dolor!

Pero el deseo no me deja

¿Qué tiene de malo ser?

Simplemente ver

Que te vas.