sábado, 23 de febrero de 2008

Abandonar

Así es. Se siente lleno de soledad.

Una especie de transformación inútil.

Sin rencor. Solo ando de noche. De nuevo.

Saboteando a las personas que se acercan.

Queriendo ser de una vez por todas estático.

Sin memoria y sin recuerdos.

Pero ahí siguen y ni con música italiana se van. Menos.

Sin descanso estoy llegando a un límite desconocido.

Parece ser agradable.

Solo me restrego la ilusión a diario.

Pantalla cerebral que no se apaga. Visión anti visión.

Y cada segundo es mortal. Cada cuadro es vital.

Pero cansa. Pensar sin ser escuchado. Recordar. Me hiere.

Cortadas auto infligidas sin sangre. Pero arden como fuego en la piel.

El cuarto se hace pequeño y caluroso. Necesita viento.

El viento.

De su voz.

No hay comentarios: