miércoles, 12 de agosto de 2009

Suku-bo.

No me dejan dormir.
Se meten y me dejan todo el cuerpo en filamento.
Me penetran el alma y me mantienen catatónico.
Los puedo ver como se van evaporando por las paredes y el techo.
Se ríen de tu desgracia.
Son crueles y te pican los cachetes queriendo que reacciones, pero saben muy bien que no puedes.
Levanto los brazos exigiendo la pelea inútil.
Y se deslizan escabulliéndose por el aire.
Me acusan de ordinario cobarde sabiendo que no les puedo contestar.
Pero mi mente los manda a la chingada.
Yo solo quiero dormir.

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