jueves, 29 de octubre de 2009

Un espermatozide escarlata.


¿Qué es lo que quiere la niña? Tengo ganas de un cabrito al horno...

Esta bien señor Director, me pondré a platicar con usted de lo que usted cree es lo más importante de la vida.
--Lo escucho, adelante.
Bueno sin más preámbulos la gasolina del futuro será el agua. Así como lo oye. Todas esas patrañas de que se está acabando son puras mentiras. Además ya sabe que Jeshua, mejor conocido como Iezus es solo un producto mercadológico producido en la antigüedad no muy lejana y que la verdad de TODO radica en los gusanos y las hormiguetas.
Para que todo esto se contemple de la manera más cordial le he escrito una carta al mismísimo Papa para que al cabo de tres semanas lo haga del conocimiento público.
----No pues está bien cabrón.
Si ¿verdad?
---Mmmm, que le parece, digo si no es inconveniente, nos vayamos a comer.
Me parece lo mejor dadas las circunstancias tan peligrosas.
--Mire, aquí a lado venden el mejor cabrito de la región. Y bien barato.
Pues vamos ya que el hambre no respeta edad, sexo y mucho menos religión.
Los dos salen del cuarto llenos de sudor y de frío.
Y con un hambre tremenda.

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