martes, 2 de septiembre de 2008

A nadie importa el que hayas resucitado.

Menos importa que forniques con 7 gentes en un mes, ni que sangres o dejes de hacerlo, menos importa las lágrimas de dolor fingido, ni tus risas acompañadas de vino tinto.

Nadie se ha enterado de que ya no eres la novedad. No importa que seas gris, verde o blanco, esos colores se han diluido en tu cruz de madera sabatina.

Por más rezos y plegarias ha nadie importas. Se ha declarado el reino de falsedad y dinero fácil.

No importa la nueva música. Tus nuevos pasos. Sus abrazos con baba de amor.

A nadie le importa el logro de empezar todo.

Estás solo y eso importa un comino.

La importancia de no importar nada con nadie.

Y por más que desciendas siempre te verás crucificado en medio de la niebla del olvido.

Trata de que no te importe y serás un contento más en la tierra del caminante ciego.

Se siente el rigor mortis del músculo rojo que ya ha nadie le interesa.

De todos modos dios no importa.

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