sábado, 3 de enero de 2009

¡HUEVOS KE!

Bajo el influjo del dios Kalua, un aceptable volumen del rock y un sol, arena y un chingo de agua salada escribo solo para ti (seas quien seas):

Tras el fin de este conjunto de 365 días que ha terminado (al cual comúnmente se le pronuncia como AÑO) no me queda más que pensar en:

Que ya no habrá, para mí, más tiempo medido en años, se me hace absurdo que a un grupo de días se les ponga una etiqueta tan procaz que resulte en una vorágine de consumismo y de pendejadas tales como cenas, abrazos; y lo peor de todo:

De propósitos para “Año nuevo”.

Todo esto que ha pasado no son más que unos días más. Pedas, trabajo y todo lo normal solo que adornado con luces, cohetes y demás parafernalia.

Y lo que es peor Celebran al Niño Jesúsito.

He razonado que esto no es más que la suma de viles años de una tonta tradición que no nos trae nada. Solo nos saca. En mi caso me saca esto. Y en cuestión de otras gentes: lágrimas y demás babosadas. Pobres aquellos que creen que comienzan un año nuevo. ¿No saben que su vida seguirá igual? ¿Acaso creen o piensan que con el fin de unos días y el comienzo de uno nuevo (etiquetado con un número más) todo será diferente?

Como decía hace poco: Todo sigue igual. Aquellos que se van, se fueron. Y los que se quedaron, se quedan. No hay más.

Ahora, para que no suene tan pesimista y si de algo sirve:

Nos acostumbramos al paisaje de siempre. Que mejor para aquellos que viajan, que conocen a alguien nuevo o que algo les cambia la vida de pi a pa. Pero para los que los que no somos así no hay nada mejor que conformarse con cambiar el paisaje interior.

Si de verdad vas a cambiar no hay tiempo ni fecha ni hora. No hay de que ahora con este nuevo año ahora si voy a bajar estos kilitos que tanto me molestan o que voy a dejar de fumar o de chupar como cosaco o que me voy a cambiar de trabajo o etc., Qué se yo cuales.

Pasaste estos días pensando en que dirán de mí; si no cambia mi vida el año que entra. ¿Qué más da si sí o si no? A quien putas le afecta. A nadie solo a uno mismo. Y de ahí a que el mundo sea más coherente hay mucho tramo que seguir. Casi llegando al año 3063.

Por eso no hay que estar ni triste ni contento, solo hay que ser.

Un nuevo conjunto de días nos esperan para que decidamos que pasará. Tenemos más tiempo, mucho más del que se imaginan los demás.

No más años, no más cumpleaños, no más aniversarios. No hay que darle nombre al tiempo que es solo eso: TIEMPO.

Afrontemos ese tiempo con alegría (si se puede) con onda, con ganas de seguir andando por aquí o por allá, con ganas de caminar por senderos que no conocemos. ¿Qué más da hacerlo? Y si es solo o acompañado eso solo me compete a mi y a nadie más. Pues el fin es el mismo: Ser feliz. O morir en el intento. Pero morir feliz. Junto con alguien.



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