Era obvio que ese día sería llamado como lunes de lujuria.
Cinco agitados jóvenes en búsqueda de unos sanos momentos. Uno viene de Dallas y otro recién llegado de España. Otros casi no tan recién llegados pero nuevos en la onda chivatorra.
Así que nos dirigimos hacia el mentado tugurio de buenas nenas y hartos chupes, pero como era inicio de semana la situación se ponía más que calmada. Leve leve.
Entramos a un lugar semivacío pero aún así la atmosfera era de humo, música en no muy alto volumen, demasiadas voces ebrias y damiselas caminando de aquí para allá semidesnudas.
Perfecto.
Tras algunos minutos de acomodo visual y orgánico la locura se desató.
Todos salimos con una sonrisa imborrable por algunos días. Ricas sensaciones tanto visuales como corporales hizo de ese lunes, un día para recordar por un buen rato.
Claro que solo hasta el próximo Lunes de Lujuria…
Vagina cortesía de Italia.
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