jueves, 18 de febrero de 2010

What a nice dinner.

Solía escribir después de cualquier borrachera. Eso era cuando me acordaba de lo que había hecho, y no es que ahora no lo recuerde, sino que las pedas ahora se han tranquilizado. Lo más salvaje puede ser cuando a Carmen le da por despotricar en contra de su actual marido y de cómo la humilla de manera desvergonzada cada vez que despierta ella con semen en la boca y no se acuerda de “haberle dado el permiso”. O de cómo es su gusto el de cogerse con cualquiera. O al cualquiera. Es una loba gorda en el buen sentido dela palabra.

Ataca a los hombres y los seduce de manera directa, procaz y cachonda. Así sea el hombre más feo ella se lo quiere tronar y hace que el susodicho se sienta como el hombre más guapo de la comarca. Una loba chonchita.

Como todas y todos hay días en su manera de hablar me nefastea y solo le digo que sí para que ella crea que la estoy escuchando. Me marea su chorcha sin fin.

En conclusión y lo dice gritando para que todos en el bar la puedan escuchar: ¡Si soy una puta y que!, eso con la esperanza de que alguien no muy sobrio escuche que alguien por ahí es una puta y la busque y así ella logre su objetivo. Cogerse a cualquier hombre borracho que esté a su alcance. Una loba cerda.

Pero no lo es. Trabaja vendiendo espacios para un periódico local. Es una mujer ruda pues asume el papel de cogehombres como aquel gordo de la cuadra que se cogía a cualquier chica que pudiera. Americo era su nombre. Era un puto, por así decirlo. Y vaya que lo era. Un día se cogía a una nena de una belleza insoportable y al otro a una enana con bigote. Se cogía a quien pudiera. Y todo era verbo en el. De ahí el verbo mata carita. Al final se casó con una flacucha X.

Esto viene a lo clásico: Si es hombre es un cabrón pero si es una mujer es una puta. NEL.

Los dos son reputos y se acabó.

La putez no denota si alguien es mal@ o buen@, solamente que le da gusto a su libido machín sin que unas simples “ataduras sociales” se lo impidan. Por eso admiro a aquellos cogelones que quien sabe como siempre tienen sexo el fin de semana, cueste lo que cueste. Ja, hasta parece que no he cogido en mucho tiempo.

Pero que buenas borracheras las de aquellos tiempos.



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