martes, 6 de abril de 2010

Baratismo vidairraico igual a chafez suprema.

No hace falta decir lo incomodo que resulta la situación. Sobre todo cuando nunca me imaginé que sentir algo por alguien (ese sentir se traduce en una brutal atracción hacia ti) pudiera hacerme sentir enojo, frustración y un deseo incontrolable por “controlar la situación”.

Pero nunca suceden las cosas como deseamos o al menos como se supone que deberían de suceder. Por el momento no se sabe si por fuera del lugar de trabajo existe alguna otra persona que sea el ganón, por así decirlo, aquel que sea el que recibe los besos, las caricias de ella; el que se ríe junto con ella al contarle como existen unos tipos del trabajo que están bien tontos y que creen que la van a enamorar con borracheras o con dibujitos con semipoemas.

Está aquel que se sienta a su lado todos los días y que aparenta ser un chico rudo, que siempre reniega de todo, que se pasa el día entero con sus audífonos puestos y que a pesar de su amabilidad llega a ser insoportable. Ese que un día al poco tiempo de entrar a trabajar a ese nuevo empleo le llegó estando hasta las manitas de pedo y grifo; y que no satisfecho con “su proeza” lo volvió a hacer estando igual ó más pedo que la vez anterior. Y que días después le brindó unas sinceras disculpas pero que al momento de decirle lo que siente por ella solo tartamudeo o apenas hilaba las ideas que le surgían al momento. El pobre tipo no pudo articular la famosa frase de “melates como pá que seas mi vieja” o algo así, solo le dijo que le gustaba mucho, que era bella, inteligente con un estupendo sentido del humor y que esperaba algún día tener una relación con ella…claro si ella se interesaba. Pero ella solo dijo: No te preocupes. Y ya.

El hombre trata de comportarse enfrente de ella, pero quiensabe porque no puede ser como en verdad es. Sobre todo cuando llega el compañerito que lo quiere ayudar y solo hace que sobresalga su nerdez o frikez, haciendo que el mismo se odie.

Todos los días desea saludarla y hacerle la Gran Platica pero no pasa de Hola y se sienta. Enciende su compu, se pone los audífonos y la voltea ver con pausas leves.

La observa (cinco segundos) y ve su nariz, ojos, boca, pestañas, labios, frente, cabello, cejas, comisura de labios, sus lentes, de que color se pinto debajo de los párpados, el color de la camisa que lleva puesta, el cuello, sus clavículas, su piel morena suave al tacto (piensa) , sus delicadas manos, sus anillos, uno como símbolo de la muerte egipcia y ella ni enterada e imagina como sería el llegar y saludarla con una caricia muy lenta en el cuello y si nadie los ve ¿por qué no? con un beso en la nuca oliendo el fresco aroma de su cabello negro lacios y que ella le brinde una sincera sonrisa de complicidad. Sentarse y como si nada seguir trabajando sabiendo él que la acompañara a la tienda, se harán los tontos caminado por el detestable sol, que caminaran coordinando unos lentos pasos debajo de alguna que otra fresca sombra. Y chance, si se les antoja, se besaran por algunos minutos pues hay que regresar al trabajo.

Suena cursi y meloso, lo sé. Pero es lo que sucede a veces, ¿no? Y lo mejor es que no ha pasado ni pasará.

Lo que pasará es lo siguiente: Llegaré a sentarme como todos los días. Hola hola hola. Prendo la compu, saco mi usb pal rock, mis audífonos pa lo mismo, la veré le sonreiré y algún comentario X saldrá de mi bocota. Después de media hora platicaré con ella de alguna que otra babosada o puede ser que no. Le subiré el volumen total al reproductor de ruido y me apartaré del mundo de mis compañeros de trabajo, pensando en que hacer para que la morra se fije en mí aunque sea un poco. Lo malo que se acercará El Taras de Caja y se pondrá a platicar campechanamente de cuanta pendejada se le ocurra. Y claro, la hará reír y platicaran más bobadas. El hablará con una voz que no Es la de El, sino que la modulará de modo que suene atractivo, sagaz, seductor y la cagará al irse con unos pasitos de baile o con cualquier otra idea que lo haga ver como un perfecto idiota a mis ojos, y puede ser que también a los de ella.

Y yo permaneceré sentado, seco, inmóvil, pariendo putas en mi cerebro. Intentando parecer totalmente ajeno al desmadrito que sucede a mi lado.

No se porque me emputa tanto. ¿Serán celos? Pues si lo son: Yo no puedo llegar y platicar con ella y querer hacerme el gracioso pegándole papelitos en el cabello, o haciéndola enojar con comentarios X o lo que sea.

Lo que ocurre es que bajo el influjo del alcohol todo es más simple. Más “coqueto”. Más yea. Pero ella es la clase de chica que no se interesa en lo más mínimo por un hombre al cual el beber le parece (y es) una parte importante de la vida. Todos mis ligues, amores o como quieran llamarles han ocurrido con un poco o mucho chupe de por medio. Y ella simplemente no es así. Cero desmadre bebedor. Chica seria y en espera de un hombre serio, chambeador, con altas o excelentes expectativas de vida tanto para el como para la mujer con la que quiera compartir su fabulosa vida. Y no soy aquel. O ese. Muchos menos él.

Pero el que una mujer me guste tanto como ella es como la lluvia o como la salida del sol. Perfectamente inevitable.

De verdad quisiera enamorarme como se merece, de verdad deseo darle unos besotes bien cabrones, conoce r a su familia, pasearle al perro, darle de comer en su boca de mi boca, rascarle la espalda y viceversa,lamerle los pies, acompañarle a pagar la luz, ir al cine, comer hamburguesas o tacos, dispararle una paleta de tuna, beber unas cuantas birrias o unas cubatas en el Bar del Arte, llevarla a París o a Estonia y por mas metacursi quiero pasear con ella por lugares por los que nunca he estado, como su cama…pero por mi pinches inseguridades apesta a que no pasará de lo que escriba hoy.

Además no hay que mentirse a uno mismo. Se lo que soy. Feo y tonto, no tanto. Friki, un resto. Borracho, más.

Por supuesto sé que lo único que puede arreglar todo esto es decirle: Que onda ya pensaste bien lo que te dije. Y su respuesta me dará la pauta a seguir. Si me dice yes, yea. Si es no, yea.

No creo ser el único por ahí con estos piches problemas a mi edad (todos la saben) pero han de existir peores. Además es lo bueno de escribir de vez en cuando. Te desahogas de tus propias pendejadas, estupideces, triunfos, logros y demás.

Escribo lo que quiero cuando quiero y cuando lo necesito. No hay que desesperar. El cigarro siempre estará a mi alcance.



1 comentario:

MUYE dijo...

Chale...

Ora ya me puse triste.

Te podría decir veinte mil pendejadas onda: "Es una pendeja, no sabe lo que vales", "No te preocupes, no vale la pena"... y demás basura sentimentaloide.

Pero pa que?

Prefiero decirte que, aunque no te estés divirtiendo precisamente, eso que te pasa probablemente le haya pasado a alguien más contigo.

Por que así es siempre.

Y también aveces, solo aveces, coincidimos con alguien y entonces nos sentimos un poco más contentos (o no tan infelices?).

Espero que esto último te pase pronto. Ya sea con ella o con otra, el nombre es lo de menos.

Saludos mi buen, ya no se siga poniendo chipil por que me va a hacer llorar...