viernes, 29 de agosto de 2008


Cual será el costo del cambio. Espero que ninguno. De todos modos solo afecta a los más cercanos y eso un poco.
Al terminar ciclos lo mejor es saldarlos de la manera más correcta para que los que sigan sean de lo mejor. Sin asperezas ni enojos, no despedidas sino hasta luegos. Hasta luegos, se escucha raro. “Unos luegos después” Suena como a ruegos, pero no; son luegos.
Escurridizo el momento parece ser, más bien lo es. Y ya no sé si deba de esperar algo. Mejor no espero nada.
Puedo beber hasta no poder pensar correctamente pero no es el caso. Mejo asimilo las ondas hertzianas y me mantengo en un stand by largo y reconfortante. La visión puede esperar a que el anillo se haga de oro más dorado. JA.
Hay que organizar, plantear que ahora ya todo será encabronadamente incomparable. Nuevas olas que surfear en la playa de concreto que antes visitaba, de la cual era local.
Un miedillo normal por supuesto que hay, pero chale; el miedo no existe. Al miedo se le puede decir mejor “circunstancias nuevas y desconocidas”.
Espero ser lo que debo de ser.
Para que la piel rogada vea que no soy tan tonto.
Carretera, lluvia, viento quisiera estar ahí de verdad en el cofre del gato.

No hay comentarios: