Desperdiciar mi cuerpo, es lo que mejor sé hacer. Ya sabes que se acaba hasta que morimos.
¿Pero porque esa insana fijación con la muerte y no con la vida?
No lo sé. Ni quiero saberlo…si sirviera de algo aquí estaría conmigo pero no lo esta.
La mugre que denota la vida y que sale a la superficie es con lo que tenemos que vivir queramos o no. La porquería siempre esta presente, por más limpios que queramos ser; y no es por nosotros sino porque se presenta en paquetes de gente. Démonos como ejemplo el estar en fiesta cualquiera y no queremos nada con nadie y de pronto al acorde las copas haces lo que nunca en tu vida querías hacer. Y de pronto abortar esa loca idea del amor lejano. O cercano depende de tu caso. Achacar y perder. Perderlo por 5 segundos y para sentirlo de nuevo como si fueras dueño de la situación.
Ok perdonas (ya te sientes mucho) y sigues en tu camino de ser hombre sin saber que no dejas de amar nunca. Y da la casualidad de que se comparte una especie de afecto, pero sabes que todo es mentira e hipocresía por parte del otro lado. Y sigues sin dejar de amar.
Hasta que te pase un tráiler por encima o te ahogues en tus vómitos sabes que la vida es más que una persona. Y esa persona merece toooooodo el respeto sea quien sea. Y no dejas de babear. ¿Cuánto te acongoja la muerte de tu madre? ¿Qué se debe de hacer para detenerte de querer? ¿Existe una fuerte razón para ya no hacerlo y proseguir con la lista para tachar a alguien más? Quiensabe.
Lo que se debe de hacer, según Black Francis, es mandarlo lejos y apreciar a la lejanía las luces potentes que emana la situación. Solo así me daré chance de poder ser algo menos fantasmagórico.
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