martes, 21 de octubre de 2008

Un cuyo nos vigila...

Ya existe la comisión "Espiemos a marlon", que poca!

Creo que fue este viernes cuando una compañerita del trabajo me dijo: Los dos polis y David te están vigilando, el jefe les dijo que si te veían llegar, estar, salir, entrar pedo le dijeran en cuanto el llegara. La verdad la noticia no me tomo tan de sorpresa pero creía que el “jefe” no me la iba a aplicar tan mamoncetamente.

Y en efecto así fue: Salí a tomar unas cervecitas, regrese al trabajo tras una sana hora de esparcimiento sabornsñeril, regrese al trabajo y entre al baño a evacuar el orín en turno. En cuanto terminé y estaba por secarme las manos el poli, al cual llamamos Don Quixiote es igualito; entró al baño y como que quiso acercarse a olerme para saber si había tomado o solo había salido a tomar el aire. Se hizo pendejito como queriendo sacar papel al mismo tiempo que yo. Al ver cual era su perra intención me hice el occiso. Gracias a los delicados y a una pastillita preventiva mi tufo chelero era cero balcón.

Después siguió David con su retardada inspección- David el el metachismoso del trabajo y caga madres a todos- pero el muy cagado solo me echo unos ojitos (que joto) y sonrió. Llegue a mi lugar, tome asiento y me dispuse a trabajar como siempre.

Al final del día nadie me dijo nada. Ni el jefe me dijo nada ni nada de nada. Nada. ¿Me habrá choreado Claudia?, ¿Será tanto mi paranoia que ya es real eso de que te vigilan hasta con las camaritas de seguridad?, ¿Será verdad que te toman el tiempo al salir y a ver cuanto te tardas?, ¿Seré tan importante que hasta me pusieron a vigilantes para monitorear mi comportamiento etílico en el trabajo?, ¿Qué putas les importa si salgo a beber si hago todo mi trabajo a la perfección y hasta con más enjundia?, ¿Será que no me doy cuenta pero llego pedísimo a trabajar y yo me creo el alma de la fiesta?, ¿Cuántas mordidas se necesitan para llegar al chiclocentro?

En fin que ahí me tocó trabajar y tendré que inventar métodos para que no me la hagan de tos por tomar unas cuantas copas a la hora de la comida. Además ya es una tradición el hacerlo. ¿Y quien son ellos para destruir nuestras bellas tradiciones? Nadie. Uno que tanto valora el intercambio de ideas en medio de unos buenos tragos y ellos con su mojigata actitud pretenden terminar con lo único que hace que ir al trabajo sea divertido. He dicho.

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