viernes, 12 de diciembre de 2008

Fábula onomatopeyesca de una gripe anunciada.

Escribir con una gripe apabullante no es fácil. Mucho menos cuando tienes que limpiar el teclado de esas gotitas de agua que salen de tu nariz y van a dar directo en la barra espaciadora o alguna que otra letra entre la P y la M. Además el cigarro se mete en tus fosas y medio las seca pero de todos modos sigues “goteando” agüita. También hay que tomar en cuenta a los ojos que se sienten secos. Te arden, los sientes como si estuvieras crudo. Solo un leve lagrimeo cuando estornudas los lubrica. Como bonus extra está el dolor en los riñones o parte baja de la espalda y ese si quien sabe cual sea su origen. Chance el de estar acostado casi todo el día esperando que los estornudos se detengan de una vez por todas. Pero es inútil. Un ataque de mega estornudos hace que tu esqueleto se mueva de atrás hacia delante como si fueras en la montaña rusa. Aunado a esto el piqueteo de la nariz y que se extiende hacia el ojo izquierdo dándote una muy extraña comezón. La clásica comezón de los ojos cuando tienes gripa. Además….AAaaaaaaaaaaaaachuaaaaaaaaaaaaa! Upss perdón.

Mejor les contaré una linda historia que escribí antes de nacer y que se intitula:

“El Sapo y la Modelo”

Y dice así: Erase una vez un sapo baquetón que solía acostarse en la orilla de un lago a escupir largos chorros de agua. Larguísimos algunos dirían. Y así se pasaba las horas del día. En la noche se dedicaba a cazar mosquitos y demás alimañas de baja ralea. Pero un día…Siempre hay un día en que las cosas cambian, ya sea para bien o para mal, prosigo: Pero un día una modelo estaba haciendo una sesión de fotos cerca de ese lago del sapo escupidor cuando a la muy; no sé si decirle tonta, bella, inteligente o distraída muchacha, se le ocurrió acercarse de más a la orilla del lago. Se acercó tanto que un chorro del sapo le salpicó toda la cara.

En eso es sapo se convirtió en piedra. Pum. De pronto el sapo era una fuente que irradiaba paz y tranquilidad. Y la modelo se quedo asombrada, boquiabierta y anonadada. Decidió llevarse al sapo a su casa y presumirlo ante todas sus amistades…hasta que un día.

Un buen día el sapo revivió, bueno no revivir porque muerto no estaba, más bien solo era de piedra. Digamos que despertó y se acerco a la modelo y le dijo ante la incrédula mirada de todos sus invitados: Ahora que me tienes aquí ¿Qué piensas hacerme? Los invitados empezaron a vociferar las más tontas ideas: Comételo, disécalo, ponle ojos de canica, véndelo, hazlo santo, llévalo a un noticiero de lo insólito, etc, etc.

Pero la modelo se quedó de nuevo asombrada, boquiabierta y anonadada. Y solo atinó a decirle al sapo que ya se veía medio aburrido de estar esperando su respuesta: Pues te voy a dejar libre para que regreses al lago de donde te saque.

Y así fue. El sapo fue regresado al lago no sin antes la modelo derramara una lagrima por su querido sapito.

Y así sapo y modelo siguieron con sus vidas. El escupiendo grandes chorros de agua y ella modelando para la gente.

Moraleja: No por ser una persona de gran magnitud uno se debe de dejar llevar por los rancios impulsos de la gente que nos rodea.

Moraleja dos: No por muy sapo no habrá una modelo que lo chille.

Moraleja tres: Modelo a tus desfiles, sapo a escupirles.

Moraleja cuatro: Ante una nueva vida nada mejor que lo ya visto.

PD: Eviten tomar más de cuatro pastillas rojas gordas cuando tengan gripe y ya estén caducas. Escritos como este se pueden evitar. Jo j ojo.

Pa evitar la depreagripeda OST Reverend Horton Heat- Psychobilly Freakout




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