jueves, 4 de diciembre de 2008

No importa si eres el ultimo o el primero, con que seas único, con eso basta.

Es pertinente el descanso, dejar que las naves llenas de días desolados naveguen por las aguas muertas.

Usar la anestesia del recuerdo. Sentir de nuevo la tinta eléctrica sana.

Dejar que camine por las avenidas llenas de aires benevolentes con su vida.

Solamente con la esperanza de que encuentre lo que busca.

El abrazo enterrado en tonterías descubiertas sin verdad.

Servir al atributo de los alcances de mi razón. Sin moral alguna que no me es necesaria.

Dirigirme al ritmo de lo que nadie conoce. Fumar en reversa. Beber en seco. Querer sin estar.

Vigilar que la lluvia traiga consigo las fotos encerradas de los únicos días que viví unido a un segundo sin medida.

Y si llego a creer en el destino que sea parejo, sin molestias y sin tardanzas. Porqué el esperar avejenta el deseo.

Sentir influencia musical en lo que mis manos hagan. No ver de nuevo el movimiento de ellas con un fin sin terminal.

Quedarme flotando en medio de la velocidad del rasgo, del golpe de aire, de una ventaja hormonal. Y besar una cara desconocida por el tiempo.

No te marchites flor en un charco de resentimiento, florece que es lo único que mereces.

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