martes, 8 de abril de 2008

El Hambre que da la paciencia.

El camino me ha dejado en un lugar desconocido.

En donde no sé si esperar, regresarme o seguir adelante. Lo mejor, he pensado tan solo hace unos segundos; es que me quede aquí. Es posible que alguien llegue y me diga como se llama este territorio.

Al estar parado frente a la entrada del lugar me doy cuenta de algo. Este sitio lo he visto antes. Obviamente en sueños. Así que mejor camino. Si confió en lo que he visto, nada malo hay adentro. Pero al abrir la puerta descubro lo opuesto.

Salgo decepcionado. Nunca debí de haber entrado. Pero la curiosidad ganó.

Mejor esperaré sentado.

Maldita curiosidad. Y nadie llega.

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