martes, 1 de enero de 2008

Casi un año para que veas a Marte.

No es fácil el querer cambiar. Más cuando tus ancestros están al pie de tus babas y se las tragan, y te ven y te quieren más que antes. Y tu haces lo al revés. Pero sin que ellos se sientan aguitados. Date cuenta que te esperas tres años para que apenas se den cuenta de que lo que tú tienes adentro.

Alguna vez ellos lo vieron. Y apenas se dan cuenta de que en verdad eres una especie de "cabron". Lo peor es que tu también ni cuenta te habías dado. Solías jugar como el mamon que era un artista. Pero no hacías arte. Eras un skater pero ya no patinabas. Eras un cantante pero ya no cantas.

Y aprovechas este día para hacerlo ver. Sin tapujos.

Lo bueno es que todos saben que eres un borracho. Pero bebes más que todos y eres el más sobrio. El que menos pedos tienes. Hasta este momento eres únicamente el wey que amma sin serlo. El wey único que canta con huevos. El que da la pauta para ser de los oyentes de verdad y de, ciertamente, el sufrir de los demás, hablen.
Ves que no todo era cierto, que todo era diferente. Que lo que antes te parecía anticuado es ahora lo que más te acomoda.
Pero aún así estas contento. Te gustaría que todos los días fueran así.

Y aún así existe gente que no te entiende. Que esta llena de miedo. Y que te conoce de toda la vida.

Por eso no es bueno querer ni amar

Ahora me doy cuenta de no muchas cosas-situaciones-sentimientos.

Mientras no sean reales nunca lo serán.
Si no amas de verdad nunca sabrás que no miento.
Que lo que intentaste solo fue una prueba más.
Que lo que te gusta nunca es lo que tú crees.
Que amas lo que más te hiere.
Que el miedo es inherente a lo que crees es tu verdad modificada en la cruz.
Que tú rebeldía es una muestra más de tu riqueza que no tienes.
Que tu sensación de triunfo es la mentira más estúpida que te has creado.
Aún así temo que le amo.

Lo peor es que ya no tengo miedo.

Y ya no le tendré.

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