domingo, 16 de diciembre de 2007

Death close.

Ayer viendo un programita de televisión me acordé de las veces en las cuales he estado a punto de morir. Me introduje en mi mente y visualice esos momentos y los trate de organizar cronológicamente : así fue como recordé. Era el año 199x y salíamos de excursión todos los compañeros del salón de prepa. Prepa Etac se llamaba. Salimos muy temprano y el destino era las grutas de Tolantongo chomgo mongo. Ya sabrán decenas de seudopubertos envueltos en alcohol leve, libertad del día sin maestros ( bueno iba el clásico chaperón y era el maestro de algo relacionado con la naturaleza), ventanas abiertas del camión rentado, un cuate me presta su gporra la cual sale volando por la ventanilla del Bus escolar, me la hizo de pedo porque se la había autografiado Ozzy Osborne cuando todavía valía un autógrafo de el, paramos en un mercado enmedio de la sierra de hidalgo, y compramos refrescos y papitas, porque en ese entonces yo no bebía y era el bicho raro del salón. El chico al que pasan los maestros a contar chistes porque los contaba muy bien; pero solo hacía eso; contar chistes con una gracia mas allá de lo natural. Por lo demás me juntaba con las lacras sociales del salón. Un wierdo entre los rudos. Era muy chistoso pues el día de la excursión llevaban roches y demás material marol y yo ni en cuenta. Era feliz con una chaparrita del naranjo y uno fritos sabor barba-q. Por fin llegamos a las grutas famosas. Pero, siempre un pero, habíamos llegado a la entrada pues para llegar a las meritas grutas y el río teníamos que bajar más de 500 metros por unas pendientes serpenteantes de onda extreme ruda. LA onda fue que el camión que subia de las grutas hacia la entrada iba a tardar más de 1 hora. Desde donde estaba parado yo podía ver el río. Azul machin profundo. Un azul que decía: ¡Ven sumérgete en esta rica agua! Así de azul era el río que se veía chiquitito desde la distancia. ¿Esperar una hora para clavarme al río y disfrutar de su fresca corriente? Nel. Así que me decidí a atacar esas pendientes. En vez de bajar siguiendo el carretera me iré por enmedio de las curvas y hace cortare el pasó. Le comente a dos amigos el plan y coincidieron conmigo de que así sería más facil y rapido llegar al rio. --¡Vas!. Me lanzo por la pendiente. Los tres corremos hechos la mocha. Brincando piedra enormes, levantando polvo y todos los demás chavos se nos quedan viendo. ¿Y esos pinches locos que pedo? Tan inclinada era la pendiente que tocabas con tus manos la tierra que ibas dejando atrás. Al final de cada pendiente teníamos que dar un brinco de 3 metros caer en la carretera y seguir por la siguiente pendiente. Asi bajamos unas ocho curvas hasta que topamos al camioncito que ya venía de bajada. Nos acomodamos lo mejor que pudimos y ahora si directitos al río. Con todo y tenis y ropa (el calor era agobiante) me lanzo un clavado en el río. La piel me comienza a arder. La ropa me quema y me doy cuenta de que es un río de aguas termales. Me lleva... El agua fría esta hasta la gruta. Vaya oso. Pero en fin.
En la gruta un potente chorro de agua cae del techo y ahí se mezclan dos corrientes de agua. Una fría y una caliente. Existe una cueva del amor y ahí se meten las parejitas. Algunos de nosotros nos ponemos a espiarlos. A ver si alguno se coge a alguna de las compañeras. Pero pues no pasa nada.Así que ahora decidimos bajar el río a pie. De un salto me doblo el talón de manera que se hincha un poco. Pero las aguas termales me lo curan de volada. Durante el descenso observe un remanso de agua fria. Ahhh por fin. Así que me meti ahi. Una muy leve corriente masajeaba mi pie. Así que me deje llevar por la corriente. Flotando muy trankiki. Del cierta manera presentí que esa tranquilidad estaba cambiando poco a poco. Se hacía más fuerte. enderece mi cuerpo y pude ver que la tranquila corriente se convertía en el comienzo de una caída de una catarata. Mini catarata pero algo alta. Y eso lo supe porque por ahí caí. La potencia de la corriente me jaló sin pedir permiso. Le alcance a gritar a un señor que me ayudara pero el muy cabron solo me vio y se río. Puta madre sentí la vibra. Solo veía las víboras de agua a mi alrededor. No podía sostenerme de ninguna piedra pues estaban muy resbalosas. Y sentí como el jalón de la caída del agua me tomaba las piernas y pies y Booooom a chocar con piedras y sientes como si tuvieras un elefante encima púes el chorro de agua no te deja salir a respirar por más que trates, te revuelca el río sobre cientos de piedras de todos tamaños, se te mete agua por la nariz y la boca. De verdad te sientes en una revolvedora. Ves ráfagas de color arena, blanco y azul y un ensordecedor vibrar del agua adentro de tus oídos. Bromsjhf algo así se escucha. Por microsegundos que se alargan no puedes salir del agua hasta que el mismo río te avienta y te deja de nuevo en un remansito. Medio noqueado nado y salgo del pinche río. Ufff solo raspones y un golpe en un brazo. Un cuate me pregunta ¡orale,¿ estuvo macizo, no? Casi te ahogas. Je!
Mejor me voy a comer.
Por ahí vemos a la chica más bella del salón, bueno no era la más bella pero se sentía. La vimos en bikini y la neta la preferimos vestida normal. Luego nos aventamos unos clavados en una alberca que tiene un trampolín natural. Es una roca de más de 6 metros. Buenísima altura para dar vueltas. Así que ahí estuvimos un rato. Solo yo me aventaba desde arriba. Freak pero con huevos. Los demás compas se dedicaban a ingerir choco con chela. Marolisimos todos. Y a uno se le ocurrió que sería buena idea aventarse un clavado. Nadie lo pela. Solo yo. Veo como trata de escalar la piedra trampolín y se resbala. Hasta que logra llegar hasta la parte de arriba. Se avienta. Sale y se vuelve a subir. Mejor me voy a dar un rol por ahí. Me como otros sandwiches entre los matorrales, cagó un poquito, platico con las morras que no llevan bikini y tomamos refresco. Creo que le doy un trago a una chela pero no me convence el sabor. Regreso a la alberca para ver como avanza la onda. Veo a todos menos al "Gordo" que es el que se estaba aventando unos clavados.
¿Y el Gordo? Pregunto.
Se fue a nadar.
Me asomo y no lo veo. Me acerco a la alberca y nada. Veo hacia el fondo de la alberca y ¡Ahi esta el Gordo! pero no se mueve. ¡Cuanto pinche tiempo llevará ahí? Le hablo pero no creo que me escucho. Le aviento una piedrita y nada. Chal este guey ya se ahogó. Me aviento para sacarlo. Y veo porque le dicen el gordo. Lo tomo por la cintura y pesa demasiado. Entonces ya necesito respirar. Dos veces en un mismo día no es nada bueno ahogarse. Así que salgo, respiro y vuelvo a meterme. Lo tomo de sus cabellos que como buen roker tiene largos. Lo jalo y por fin logro que salga a la superficie pero no lo soporto por mucho tiempo. Se me resbala y lo dejo de nuevo que se hunda. En eso ya hay varios compas viendo el acto de rescate. Pero nadie ayuda. Les pregunto que porque no me ayudan y me dicen que nadie sabe nadar. Purka MAtre! Solo uno, el "Pelon" y lo bueno es que esta mamey. Nos zambullimos . Así puedo ver como el cuerpo del gordo se va hundiendo. Su mata se ve muy chida moviéndose de un lado a otro. Los brazos los lleva levantados sin voluntad. Y la cara lleva los cachetes inflados y soltando burbujitas Creo que ya mas vas muerto que otra cosa. Pero por fin lo pudimos sacar. El "pelon" me dice: Chale si pesa un chingo. Después de sacar al gorditus ahora había que revivirlo. Recordé algunos episodios de rescates en la teve y lo puse de cara la piso. Apreté sus espalda y vomito mocos. Y chochos. Y chela. Después lo volteamos y lo hicimos que vomitara más. Y ya. Se recupero y se fue a comer.

Esa fue la primera vez que sentí que me moría. Ese piche río estuvo muy cerca. Bueno al menos si sentí la muerte chikita. Pero la próxima vez estuvo mas severo...

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