jueves, 13 de diciembre de 2007

el zoo diario.


Date cuenta de cuanto eres.
Prosigues dentro del cubículo que te eligieron.
Das cuentas a quien menos debes.
Sus caretos a diario se convierten en familiares rostros.
Hasta platicas con ellos.
El ambiente se torna pesado y vacío.
No hay nada que hacer. Solo asomarte y ver los autos pasar rápido.
Fingir sonrisas de amabilidad cuando en verdad quieres darles un zopapo en la frente.
¿Pero porque sigues ahí adentro?
¿Es una perra necesidad de rutina?
Odio la rutina.
Quemaré el edificio.
Y así buscaré un nuevo trabajo.
Eso es lo mejor que puedo hacer.
Y buscarte un lugar más cómodo dentro de mi.

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