domingo, 10 de febrero de 2008

7

Que difícil resulta el perdonar. Todavía más el querer. Pero se entiende que no sea fácil darlos.

Si ya varias veces se había explicado la solución ¿porqué de nuevo no se tomo en cuenta?

No es fácil quedar como el que siempre perdona ni como el que siempre ruega. Eso se ha visto. Ya existe un descanso mutuo.

No por jurar y perjurar, insistir que el no sea un si, no por estar decidido tardíamente la situación será servida en bandeja de plata.

Afectamos el ego. Por un lado por ceder, por otro por no tener acceso al deseo de seguir “estando bien”.

Insistir de nada servirá ya que la decisión ha sido tomada. Con tan mínima distancia existente entre los cuerpos pero tan extenso el daño. Esa decisión habré que respetar. Aunque por dentro este ahogándome en ganas de pintar una pared con ella detrás observando los trazos.

No hay fe ni esperanza. Eso quisiera creer. Ya no más. Parece que se acabó. Pero mi sentimiento no.

Aunque mudo estaré le llevaré en mi aliento.

Tarde es para decir que mi vida doy por ti, tarde es para saber lo que puedo hacer, muy tarde para regresar a limpiar los daños que cause.

Pero si no existieras no hubiera sabido que yo podía amar tanto. Que tonto, solo si tu no existieras… pero sí. Existes y eres lo mejor. Lo que hace que siga queriendo estar aquí.

Y ahí estas ahora. Bien. Y yo acá. Mejor. Solo que no debería ser así. Pero así es.

Simple. Yosinti.Tusinmi.

Que iluso me siento. Con tan precisas razones me debo de resignar a que la pérdida es decisiva. Solo que yo no creo en esa palabra. Es indiscutible que ya no hay otro camino. Solo que a veces desearía haber sido cosido de la boca. Para no haber hablado.

Es duro no masajear tu ala. Es raro hablar con nadie. Es severo el decidir.

Que estés bien, P.

No hay comentarios: